Editorial
No hay nada peor que ir a un restorán cuando se está celebrando algún “día”. Igual para el Día del Padre fuimos con mi marido y mi hija a almorzar al Tiramisú. Estaba de bote en bote, como siempre, pero a pesar de que no habíamos reservado, rápidamente nos tuvieron una mesa. Mientras nos sentábamos, un mozo se dio cuenta que a mi niñita le faltaba un zapato. Se perdió no más, pensamos, no era ninguna elegancia tampoco. A los dos minutos llegó la dueña, Patricia Roccatagliata, para decirnos que su sobrina iba a quedar a cargo de buscarlo. En la hora peak, de un día full, ella se dio el tiempo para el detalle que tendría una dueña de casa. Eso demuestra que las cosas siempre, sin importar las circunstancias, se pueden hacer bien, y que la gente además se da cuenta y las valora. Por algo es el restorán más exitoso del país.
Y a propósito de hacer las cosas bien, cuando planeamos esta edición pensamos en cómo se puede transformar el invierno, que generalmente es una temporada que le da lata a mucha gente, en meses tanto o más agradables que el verano. La cosa es ponerle encanto y preocuparse de los detalles. No tiene por qué encerrarse, hoy en día hay miles de productos que sirven para seguir usando las terrazas y jardines cómodamente y sin pasar frío. Como verá, el invierno tampoco tiene por qué ser gris, aunque este color sigue siendo the new black, como le dicen los americanos.
Justamente una buena lección de color es la que da la decoradora Mónica Cazés en su departamento en Vitacura. Llegamos a conocerlo de improviso una mañana y estaba tan impecable y ordenado como el día de las fotos: cada cosa tiene su lugar y absolutamente todo está decorado, desde el baño de visitas hasta la pieza de los niños, y en todos los espacios hay color. Sofás verdes y naranjas en el living, sillas amarillas en el comedor, terciopelo morado en la sala de estar, papeles murales por todos lados, tapiz estampado en la terraza… Y toda esta mezcla se ve bien. Mónica nos contó que ese es su sello, y que además se preocupa de disfrutar su casa como si se tratara de un día especial de lunes a domingo, poniendo linda la mesa, preparando algo inusual, etc.
Una casa más clásica que contrasta con una arquitectura contemporánea es la que le mostramos en Zapallar. Diseñada por los arquitectos Mauricio Léniz y Mirene Elton, es como un gran loft, completamente vidriado para disfrutar de la vista y la luz natural. No importa la época del año, sus dueños van religiosamente todos los fines de semana y la disfrutan como si estuvieran veraneando.
Francisco Riquelme y Gabriela Portus decoraron su casa de los 70 con varios clásicos del diseño de los 50 y 60, y nada está para mirarlo: todo se usa a diario. Toman desayuno, almuerzan y comen en familia y los niños hacen circuitos de skate entre los muebles sin que nadie se inmute.
También le mostramos un refugio de cuento construido el siglo XVIII en Savoie, completamente remodelado y decorado con esa mezcla de tradición y modernidad que caracteriza a los franceses.
Cuando en Chile consideraban ortopédica la silla de Eero Saarinen, y se escandalizaban del precio de una mesa porque era plástica, Sergio Rocca se lanzó con atrevidos diseños y con la reproducción en Chile de íconos mundiales. Una historia que no podíamos dejar de contar en nuestra sección Retro.
En la ED estamos en temporada alta: en estos meses nos encontramos preparando la edición especial gourmet (con una completa recopilación de nuestras recetas) y también el número aniversario en agosto, que, como siempre, viene con lo mejor de lo mejor.
Magdalena Bock, Directora
magdalenabock@ed.cl