Restoration Hardware no es una tienda cualquiera, sino un icono de la decoración. Fundada en 1980 en el garage de una casa, hoy tiene 74 tiendas repartidas entre Estados Unidos y Canadá. Y como no es una tienda cualquiera, tampoco iba a elegir un lugar cualquiera para su nuevo showroom. Este fue un trabajo lento, de más de dos años, que convirtió a uno de los edificios más antiguos de la Back Bay en Boston, en una construcción que brilla nuevamente, con igual o más fuerza que cuando fue diseñada por el arquitecto William G. Preston, en 1862.
Ubicado en una de las zonas históricas de Boston, este edificio de fachada neoclásica fue concebido como el Museo de Historia Natural. Después pasó por varias manos, hasta que RH –como acaba de ser renombrada la tienda– decidió tomar este desafío. Para renovar el interior se deshicieron de décadas de modificaciones estructurales, volviendo a su forma original; hoy se ve tal como a mediados de 1800. Todo esto gracias a la colaboración entre el curador de RH, Gary Friedman, y el arquitecto James Gillam, de la firma Backen, Gillam & Kroger, una de las mejores 100 según la revista Architectural Digest.
Cuando uno entra, lo primero que llama la atención es el gran ascensor, puesto justo en la mitad de la planta. Inspirado en el del edificio Bradbury en Los Angeles, que fue construido en 1892, fue fabricado especialmente para este lugar. Al pararse a su lado se puede ver el techo dorado abovedado, a más de 20 metros de altura. Si le tiene miedo a las alturas, olvídese: subirse a esta jaula de acero y vidrio es la única forma de conocer la tienda y tener una vista panorámica de los tres pisos, con más de siete mil productos a la venta.
Claro que acá no todo es comprar. El nuevo concepto desarrollado por RH consiste en convertir sus tiendas en “galerías”, aprovechando lugares de interés arquitectónico para dar a conocer ese estilo tan característico. “La galería eleva la experiencia de los clientes a un nivel nunca antes visto en el retail”, explica Carlos Alberini, CEO de RH. Este es lejos el mejor lugar para encontrar todo lo que uno quiere y sueña, y si el presupuesto no alcanza, es perfecto para inspirarse al rediseñar una casa o darle nuevos aires a cualquier espacio. Los candelabros rodeados por círculos de metal, los centros de mesa con pasto o los sillones medio deconstruidos son buenísimas ideas que se pueden replicar.
También se dedicaron a buscar detalles para darle más onda, como la Torre Eiffel de acero de 7 metros de altura que se trajeron de una feria de las pulgas en París y que está instalada en el tercer piso. Un nivel más abajo, 12 candelabros inspirados en los de Versalles se reflejan en los espejos gigantes, y se suman a los más de 150 que están repartidos a lo largo de la tienda. También rescataron un bar de cerveza de más de 100 años de un local en Boston, parte de la Music Room del tercer piso, un tributo a los días de los vinilos y el rock and roll.
En esta remodelación total ni siquiera el exterior quedó de lado. El experto en iluminación de monumentos históricos, Ross De Alessi, fue el encargado de las luces que resaltan las formas de este edificio, tal como lo ha hecho en lugares tan emblemáticos como el Palacio de Bellas Artes de San Francisco. Y en los jardines se mantuvieron los magnolios originales y se hicieron caminos de ladrillos. Todo hace sentir como si de nuevo estuviéramos en 1800.