Surrealismo y animación. Salvador Dalí y Walt Disney. ¿Cómo estos dos personajes históricos de las artes podrían estar relacionados? Al parecer, ambos se profesaron admiración mutua y entablaron una relación que sobrevivió al paso del tiempo, la que incluso se tradujo en una fallida colaboración cinematográfica. Así lo refleja una exposición en la ciudad de San Francisco dedicada a explorar el vínculo.
«Disney y Dalí: Arquitectos de la imaginación» explora la relación entre dos de los grandes innovadores artísticos del siglo XX en una muestra que acogerá, hasta enero del próximo año, el Museo de la Familia Walt Disney en San Francisco, EE.UU.
Las carreras del famoso productor de películas de animación Disney y del pintor surrealista español se cruzaron por primera vez en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) en 1936.
En aquel año, la prestigiosa institución reunió varias obras de Dalí en una exposición llamada «Arte Fantástico, Dadaísmo, Surrealismo», y a su vez recopiló muestras del cortometraje de animación de Disney «Three Little Wolves».
Unos años después, en 1944, comenzó el intercambio epistolar entre Disney y Dalí, quien se trasladó a vivir a EE.UU. en los años que precedieron al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ambos expresan en sus cartas la admiración mutua.
Uno de los encargados de la exposición, Ted Nicolaou, consideró que esta muestra es una ventana a la personalidad de ambos creadores. «Dalí muestra una gran calidez humana en esas cartas muy alejada de la imagen de persona distante o genio loco que proyectaba su personaje público», explicó.
En este plano, mencionó la afectuosa invitación del pintor a Disney para que lo acompañara a pescar cangrejos en el río Carmel en California. «Los dos crecieron en localidades pequeñas, en contacto con la naturaleza, y apreciaban la vida de campo», precisa el experto.
Dalí y Disney se conocieron en persona en una fiesta en Hollywood en 1945. Un año después comenzaron a colaborar en la película animada «Destino». La colaboración no resultó fructífera y terminó ocho meses después de empezar.
«Tenían puntos de vista distintos sobre cómo contar una historia», estimó el investigador, quien añadió que Disney invitaba siempre a sus animadores a desarrollar personajes sólidos, a insuflar personalidad en las creaciones animadas.
«A Dalí no le importaban los personajes. Para él las historias no eran narrativas, para él una historia era una sucesión de imágenes como si fuesen sueños», describió.
La muestra interactiva incluye pinturas originales de Dalí, dibujos, imágenes cinematográficas de archivo, fotografías y el apoyo de audio narrado por la actriz Sigourney Weaver que podrán ser descargados virtualmente.