COMEDOR PARA SUPERVILLE. Carlos Galli
El arquitecto Carlos Galli pensó en conservar casi todo el espacio del comedor en su forma original. Con una espectacular boisserie, chimenea y muebles adosados, optó por contrastar el peso que tiene la historia en este lugar con elementos muy contemporáneos, como lo son las lámparas de Foscarini. La mesa cubierta de cemento y las sillas de hierro tapizadas con franela también forman parte del contraste contemporáneo que se completa con la puesta en escena de arte digital proyectada desde el techo, una obra del artista Máximo González Devoto. Con estos elementos, Galli logró formar un espacio moderno sin opacar la antigüedad arquitectónica del lugar. Ganó la Tercera Mención a la Arquitectura y Diseño de interiores Casa FOA 2015.
STUDIO PARA TUPPERWARE «SENSING JAZZ». Tata Velarde
Un estudio para trabajar, pero también para relajarse y escuchar jazz con una taza de limonada, es la propuesta de Tata Velarde. La sofisticación está dada por la apuesta monocromática. Tata Velarde interrumpe esta regla sólo por un tono amarillo dado por los artefactos de luz, la faja de almohadones y las costuras de la daybed en el centro del espacio. Todos los muebles que ocupan este estudio fueron ideados de forma exclusiva por la misma diseñadora y buscan reflejar una “oscuridad elegante”. El material de base del mueble de reposo o daybed es madera de petibrí, que aporta calidez y contemporaneidad, en sintonía con la magnífica pinotea original de los pisos que, respetados como patrimonio histórico, fueron restaurados. Con el mismo tipo de madera se hicieron un par de roperos, el escritorio con estructura de acero y la silla, además de la mesa modelo con tapa de mármol, todos diseñados por ella. Hay arte en formatos bien actuales: sobre los roperos se apoyan fotografías en blanco y negro enmarcadas en plata, y en una de las paredes se colgó un vector, intervenido por la diseñadora con la silueta de un saxofonista. El resultado es un lugar con una elegancia atemporal, que jamás pasa de moda. Ganó la Medalla de Plata a la Arquitectura y Diseño de Interior Mercedes Malbran de Campos.
FOYER PARA MASISA. Julio Oropel y José Luis Zacarías Otiñano
El vestíbulo neoclásico francés de esta casa llevó a los arquitectos Julio Oropel y José Luis Zacarías Otiñano a inspirarse e imaginar un espacio donde confluyen distintos tiempos: lo academicista, lo contemporáneo y una modernidad ágil, espontánea, donde todo fluye y es dinámico. Así, montaron una estructura envolvente, que con juego de luces, crece en el espacio de manera orgánica y expresiva. Hecha de roble americano, gracias a la colaboración de Masisa, y con incrustaciones de bronce empavonado, la instalación es un punto de gran peso visual y dramático, y el resultado es un espacio único –el más imponente y llamativo quizás– dentro de la exposición. Ganó la Segunda Mención a la Arquitectura y Diseño de Interior Casa FOA 2015 además del premio Casa FOA y Masisa «a la inspiración y a la creación de ambientes innovadores» y el Premio al mejor espacio 2015 «ARQ/Clarín».
BAR «LA CELEBRACIÓN». Gustavo Yankelevich y Máximo Ferraro
«Nos proponemos crear un lugar en el que cada uno de los visitantes de esta exposición se sientan invitados y homenajeados», dicen los diseñadores de este espacio que ganó el premio mayor, la Medalla de Oro a la Arquitectura y Diseño de Interior Mercedes Malbran de Campos. Teniendo en cuenta que es una edición aniversario de Casa FOA, Yankelevich y Ferraro decidieron impulsar un lugar destinado a la celebración y montaron este petit restaurant envuelto en un mural creado por el artista Matías Kritz que fue impreso digitalmente. La barra revestida en mármol con forma de isla facilita la interacción entre las personas. Al costado, un gran banco de terciopelo con mesas circulares en mármol también son el espacio perfecto para quienes buscan más intimidad a la hora de tomarse un trago. Así, a través de una combinación específica de elementos, texturas y sonidos, los diseñadores lograron un clima sofisticado pero a la vez experimental.
DORMITORIO PRINCIPAL PARA FALABELLA. James Boyd Niven
La pieza principal estuvo a cargo de James Boyd Niven para Falabella. En este espacio quisieron recrear justamente el dormitorio de los dueños de casa a principios del siglo pasado, pero con un toque actual. Enfocados en una época de auge económico, se imaginaron una pareja muy viajera, que traía objetos de diferentes partes del mundo. Las alfombras persas, colchas indias y figuras de porcelana orientales se disponen en completa armonía con los tonos turquesa y grises que envuelven el espacio. En 35 metros cuadrados, la cama recargada de géneros en una paleta simple de colores destaca por sobre los demás elementos. El diseñador pensó el espacio para ser recorrido de tal forma que uno logre conectarse con la vida que llevaba la familia que habitó este lugar.
STUDIO «EL CÍRCULO SECRETO». Grace Devecyan
Pensado para ser multifuncional, en este estar se puede comer, dormir, descansar y trabajar. ¿Su inspiración? Una mujer que vivía en esta antigua casona y que volvía a ella después de muchos años. Hay objetos con formas circulares como un gran espejo o la obra en dorado y lápiz grafito del joven artista Martín Palottini. Sobre la mesa hay un trabajo presentado en una caja de acrílico de la artista Mónica Fierro, quien se caracteriza por intervenir libros usados y dar una suerte de toque fantasioso a sus obras. Alrededor del living montó una biblioteca, y el artista Roberto Romero hizo una escultura en alambre de una escalera que simula las de las bibliotecas de antaño. Para el fondo de la vitrina en el muro de la derecha, Grace encargó un género pintado a Marina Dorignac, especialista en handpaint sobre textiles. Y la ceramista argentina Angeles Castro desarrolló una línea de vajilla rústica pero sofisticada exclusivamente para esta exposición. Todos estos elementos juntos resultan en un espacio fresco al que dan ganas de volver. Ganó la Primera Mención a la Arquitectura y Diseño de Interior Casa FOA 2015.
COMEDOR DIARIO PARA ATMA. Belén García Pinto & Magdalena Bengolea
“Muy del siglo XX”, como dice Belén García Pinto, este comedor de diario se armó en un espacio que originalmente estaba destinado a este mismo uso. Es de las zonas sociales más pequeñas de la casa y las diseñadoras se la imaginaron como un lugar de mayor intimidad, menos formal, para compartir durante el día. “Un pequeño mundo en medio de los grandes espacios representacionales”. Incluyeron mobiliario moderno, un mural geométrico, una alfombra a rayas, los electrodomésticos correspondientes que se utilizarían en el lugar, vajilla y otros utensilios de épocas anteriores. Para darle un look más acabado incorporaron varias piezas de arte, que incluyen trabajos en porcelana, pintura y fotografía. Ganó el Premio Casa FOA y Alba “90 años con el color a la mejor aplicación de tendencias 2016”.
DORMITORIO DE HOMBRE PARA ROSEN. María Anzoategui & Cecilia Bravo
Este espacio fue creado para aquellos que les gusta vivir en un clima cálido, amable y tranquilo y que disfrutan la estética, el arte y el diseño. Para dar un sello de masculinidad, las diseñadoras encargadas incorporaron una poltrona Fell de madera negra tapizada en cuero color suela, una banqueta de líneas puras, una singular percha valet de madera torneada color natural y dos mesas de luz de líneas modernas. En cuanto a los textiles, utilizaron materiales nobles, como lino, gasa de algodón, cuero y terciopelo. En esta propuesta, la luminaria también suma diseño al espacio: hay dos lámparas de pie de fibra de carbono negras que imitan bambú, y las lámparas de las mesas de luz son un diseño clásico del gran Arne Jacobsen. También destaca el piso con un diseño morisco en blanco y negro, pero lo que definitivamente se roba la atención es la chimenea: una pieza original de hierro fundido de principios del siglo XX que perteneció al antiguo edificio del Ferrocarril Argentino. El arte termina de darle carácter a la propuesta; las diseñadoras incorporaron dos obras originales del fotógrafo Claude Azoulay con tomas de Brigitte Bardot, dos fotografías de Andy Warhol y un gran cuadro del contemporáneo Pablo Siquier sobre la cama. Ganó el Premio Casa FOA y Rosen “a la mejor exhibición de producto”.
ESTAR «VENIDO A MENOS ES MÁS». Pablo Chiappori
Ecléctico y dramático, el estar armado por el diseñador Pablo Chiappori tiene de todo un poco: muebles de ratán, espejos, acrílico, vidrio, y mucho terciopelo. Los puntos fuertes que se roban las miradas son dos lámparas grandes; una metálica en color cobre con tubos entrelazados que forman una especie de laberinto con varias ampolletas, y otra negra de terciopelo que imita a una lámpara de lagrimas. Quiso aprovechar el aspecto de decadencia de la casa y darle valor a la vejez del lugar, por eso el nombre del espacio: Venido a menos es más. En blanco y negro, y con más de veinte tipos distintos de madera, además de elementos en cromo, bronce, hierro, todos manejados de manera distinta, la propuesta de Chiappori refleja su sello: “Más que un diseñador, soy un dj, lo que hago es mi mezcla propia y ahí es donde está el riesgo”.
HALL «EN BLANCO». Luisa Norbis y Florencia Meller
La primera impresión de la exposición, la puerta de entrada a esta versión de Casa FOA, estuvo a cargo de estas diseñadoras del estudio Proyecto Elefante. Se trata de una instalación artística que da la bienvenida a los visitantes y que busca representar el pasado y el futuro al mismo tiempo. El pasado da la antigüedad del lugar en sí mismo, y el futuro está representado por escamas superpuestas y otras suspendidas en el aire. Como esta edición de Casa Foa es de aniversario, eligieron una paleta de blancos y dorados que mezclan lo contemporáneo y lo tradicional, y dan el toque de elegancia y jerarquía que merece esta versión de la feria.