Por María Jesús CarvalloFotos Macarena AchurraRetrato Vicente García M.
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El día que hicimos esta entrevista su casa estaba llena de maestros. Cuando abrió la puerta nos dijo: “Entren con los ojos cerrados porque está el desastre”. Pero una vez en su living el caos no era tal, al menos se disimulaba perfecto, porque entre los materiales de construcción había hecho una verdadera producción, con floreritos con hortensias, velas y una bandeja con merenguitos y Coca-Cola Light helada en unas copas talladas.
Tiene buen gusto la Nacha, sabe perfecto cómo sacarle partido a los espacios y también a ella misma. Diseñadora industrial de profesión, vivió siete años en Marbella, España, junto a su marido, el arquitecto Diego Aigneren. Ahí trabajó como visual de Max Mara, se encargó de armar sus vitrinas y descubrió que le fascinaba la moda. A su vuelta a Chile abrió junto a su amiga Bernardita Braun la tienda Poupée y hace dos años decidió dedicarse cien por ciento a las producciones. Así, entre sesiones de fotos, paseos a la plaza con sus dos niñitas y Hugo –un bulldog francés delicioso–, escapadas a la pastelería Laura R a comprar cosas dulces y ver las mismas películas 500 veces, vive su día a día.