Han pasado más de 20 años desde que apareció por primera vez esta casa en las páginas de ED. Aunque por fuera la estructura sigue igual, es cuando entramos que nos encontramos con los mayores cambios, provocados por el paso del tiempo. También, cuando contemplamos el jardín. Al compararlo con las fotos, la dueña de casa se da cuenta rápidamente cómo la hiedra ha cubierto casi por completo las paredes y los árboles y plantas han crecido.
La casa que, 30 años atrás, proyectó el arquitecto Jorge Figueroa por encargo de sus dueños, está ubicada en medio de un cerro en Zapallar, por lo que, en ese entonces, uno de los principales temas que tuvieron que resolver fue el terreno: hubo que nivelar y aplanar. El resultado fue una casa con distintos niveles de terraza, algo que aprovechó al máximo la paisajista Rebeca Irarrázaval, muy amiga de la dueña de casa.
Hace más de 50 años llegaron a este balneario, escapando de las multitudes de Reñaca y en busca de tranquilidad. Al principio arrendaban, pero de a poco, cuando sus hijos eran chicos, se fueron quedando… Y desde que publicamos su casa en nuestras páginas, el balneario también ha cambiado, como nos cuenta. Hoy hay muchas más personas, casas y construcciones y los mejores meses del verano son diciembre y marzo, también, noviembre. Ahí se puede pasear tranquilo, sin tacos. De todas formas, “el hecho de que la casa esté en un lugar aislado es un privilegio”, cuenta la dueña de casa.
Además, disfrutan mucho estar en la casa, que siempre está llena con sus tres hijos, ocho nietos y amigos. Son una familia unida: no sólo trabajan juntos, también les gusta veranear juntos y viajar. Desde que construyeron esta casa, se vive mucho, en todas las épocas del año. Almorzar afuera en verano y disfrutar la casa en invierno es la consigna, y siempre con buena música, “que se mezcla con el ruido del mar”.
El interior es una de las cosas que más ha cambiado. La dueña de casa es un talento consagrado de la decoración y ha sabido modernizarla. Su buen gusto destaca y sorprende en cada rincón, al igual que lo hacía años atrás. Hoy, podemos ver colores más claros en las paredes, el uso del blanco y el azul, muchos cuadros y esculturas diferentes, menos muebles. Además, decidió sacar las cortinas de la mayoría de las ventanas y dejar sólo las persianas.
“La decoración de las casas ha cambiado mucho en estos 30 años, se ha ido modernizando. Eso significa más simpleza, líneas más rectas, más suaves. No diría minimalista. Hoy se le da mucha más importancia al arte contemporáneo”, asegura. De hecho, esta es la tercera decoración desde que publicamos esta casa en ED el año 1996.
Para redecorar ocupó muchas de las cosas que ya tenían y las cambió de lugar, otras las regaló. También podemos ver cosas nuevas, como el par de sillones que están en el nivel más bajo de la casa, mirando al mar. La mayoría de los muebles son de la tienda Contemporáneo. “Redecorar es difícil, porque cuesta deshacerse de cosas, de los recuerdos, todo tiene una historia”, dice.
Pero una de las cosas más lindas que tiene la casa, asegura, no son sus interiores, sino sus vistas y los ventanales gigantes. En el living se pueden ver grandes ventanas sin cortes ni marcos en el medio, que se corren y meten una dentro de la otra. Aquí la terraza está al mismo nivel del living, completamente integrada, como invitando a sentarse a disfrutar de la espectacular vista al mar.