No es primera vez que les encargan un departamento en la nieve. En sus más de 25 años trabajando como decoradoras e interioristas, Catalina y Marta Peña (CMDiseños) han hecho proyectos a lo largo de todo Chile. Sin embargo, esta vez quisieron lograr un proyecto atemporal, un refugio de montaña que pudiera ser disfrutado tanto en invierno como en verano.
Fue una renovación total, el departamento está en un edificio de los años 80 y los dueños querían transformarlo completamente. El encargo era cambiar de ambiente cuando subieran a la nieve. La cordillera está a unos 45 minutos de Santiago y los dueños querían sentir esa distancia, no llegar a un lugar que se viera como la capital; querían desarrollar el concepto de montaña.
La inspiración de una de las dueñas era un coto de caza inglés. Ella es chilena, pero vive en Inglaterra, junto a su marido francés, y quería para su departamento un lugar muy cálido y acogedor. Con esa idea, las decoradoras, siempre en conjunto con la dueña, imaginaron, a través de los materiales, un refugio europeo.
Del departamento original dejaron sólo el esqueleto. Hicieron los baños, la cocina, las ventanas, todo de nuevo, y la línea que unió el proyecto fue la madera y las puertas verdes que se encuentran en todo el departamento, un color que fue hecho especialmente para este proyecto.
“El tema de las maderas le dio un sello bastante importante, porque se trabajaron distintos tipos para los muros, los pisos y para los cielos. En los techos logramos una madera absolutamente distinta, a la que le hicimos un tratamiento especial, lo que hace que sea muy acogedor, que tenga esa sensación de refugio pero, a la vez, sea muy elegante”, cuenta Catalina. La altura fue un gran desafío también, porque los departamentos en la nieve, en general, son bajos. Sin embargo, ellas lograron darle una sensación de amplitud y que no se achatara con la madera.
El proyecto tardó alrededor de seis meses, desde que comenzaron a planificar los planos. Tenían que coordinar además con los viajes de la dueña de casa a nuestro país y enviarle fotos de los avances. Ella tenía una visión muy clara de lo que quería, algo que ayudó mucho a las decoradoras, al igual que su amor por la estética y la cocina.
El departamento está pensado para 10 personas y tiene cuatro piezas y cuatro baños. Tiene toda “la exquisitez de un hotel, pero en un refugio”, aseguran. Usaron las mejores terminaciones y full tecnología, para que los dueños ni siquiera tuvieran que llevar un cargador, porque los enchufes vienen, además, con puerto USB.
En la decoración combinaron cosas traídas de afuera con locales. También fue muy importante el integrar el paisaje, especialmente en el dormitorio principal, la salita y las otras piezas, que tienen una vista increíble a una de las canchas, un cuadro de la cordillera.
Para las interioristas lo importante es transmitir el carácter de quienes las eligen. “Nuestro sello es captar quiénes son las personas, leer bien al cliente y tratar de que su sello de vida esté integrado en el tema de la decoración. Que se sienta absolutamente feliz”, dice Marta.
Por eso, para este proyecto, pensaron en la elegancia de los dueños, y también en la estacionalidad, en que sus visitas a Chile no siempre serían en invierno, en las diferentes actividades que podrían hacer, desde esquiar, raquetear, caminar en la temporada de nieve, hasta hacer trekking, bicicleta, entre otras cosas, en verano. “Tu puedes ir todo el año sin ningún inconveniente y vas a estar feliz”.