En 2014, en Shanghai, en menos de 24 horas se imprimieron 10 casas de concreto gracias a la tecnología de una gigantesca impresora en 3D. En Rusia presentaron su primera casa impresa en 2017, y luego comenzaron a sumarse una serie de proyectos en Estados Unidos, Bélgica y Holanda. ¿Podría haber una casa de concreto impresa en Chile? Sí, y pronto: en 2023 la arquitecta Verónica Arcos, académica de la Universidad Técnica Federico Santa María, estima que se podría tener un prototipo a escala real, lo que podría revolucionar la industria en varios sentidos.
“Este es un sistema constructivo no tradicional, que podría ser muy revolucionario. No solo para viviendas privadas, sino también para viviendas sociales. Y no solo para Chile, sino también para Latinoamérica”, dice Arcos. En efecto, una casa impresa en 3D implicaría una eficiencia jamás antes vista en términos de tiempo y seguridad de obreros y de control de la obra. “Además es más sustentable, ya que apuntamos a ocupar una mezcla de hormigón distinta a la clásica”, añade la arquitecta, cuyo proyecto –que obtuvo un Fondart– es apoyado por la Universidad Federico Santa María, Universidad del Biobío, Universidad Católica y patrocinado por el Ministerio de Vivienda.
Hasta ahora, Arcos ya ha impreso varios prototipos a escala (en la foto, modelos impresos en el laboratorio digital de la UDD) y también a escala real, para medir el comportamiento y, sobre todo, la estabilidad estructural para que pueda ser utilizada en un país sísmico como Chile. “También buscamos ir exhibiendo los avances, porque se inaugura un nuevo lenguaje arquitectónico y con esto buscamos que esta nueva estética se naturalice, culturalmente», añade.