Lázaro Rosa-Violan es uno de los talentos más solicitados del momento y el responsable del diseño de algunos de los restoranes de moda en todo el mundo. Parte de la lista de los 100 mejores que año a año publica la revista la Architectural Digest, el trabajo del interiorista español es considerado como “pequeñas obras de arte”, un reflejo de su pasado como pintor y la creatividad que se ve en la manera en que mezcla épocas, texturas y colores, haciendo de cada proyecto algo único.
Cuéntanos un poco sobre tu proceso creativo y profesional. ¿Cómo el pintor se convirtió en interiorista, dónde estudiaste y cuándo te diste cuenta que lo tuyo era el diseño de interiores?
Como muchas cosas en la vida, el pintor se convirtió en interiorista por casualidad. Siempre he estado vinculado a la arquitectura, el interiorismo y la pintura, desde pequeño ya eran campos que me fascinaban. Con 8 años ya había hecho mi primera exposición pictórica, asistía como oyente a la universidad de bellas artes y absorbía tanto como podía.
Cuando llegó la hora de estudiar, me decanté por la arquitectura, me intrigaban sus formas, sus volúmenes… De algún modo en mi obra ya estaba familiarizado con los puntos de fuga, volúmenes y demás, por lo que era ampliar conocimiento.
Durante los 90 pasaba largas temporadas en la campiña británica, desarrollando mi obra, y fue en 1998 cuando uno de mis hermanos me pidió ayuda con la decoración de un local en Formentera. Me apetecía hacer algo diferente y me lancé. Durante tres meses aproximadamente, me dediqué en cuerpo y alma a este proyecto; era como crear un cuadro, pero en real. Y fue entonces, cuando después de ver el éxito de Can Vent, pensé que tal vez se me daba bien crear espacios. Así fue como me convertí en interiorista.
Mi proceso creativo está muy ligado a la observación, a la experiencia y a la esencia del qué. El emplazamiento, el país, la cultura del mismo, el vecindario, el tipo de negocio, el cómo incide la luz, todo influye y todo tiene su papel en la vida del proyecto. Por ello, creo que es importante sentir, ver y empaparse.
Has sido destacado como uno de los interioristas más solicitados del momento. ¿Qué crees que están buscando los clientes cuando llegan a ti?
Cuando empecé, creo que era frescura, otro punto de vista. Ahora, siguen buscando lo mismo, pero con la experiencia de 20 años.
Los clientes buscan alguien que les acompañe, que les ayude a crear su espacio, alguien que les diga o ponga limites para no querer poner todo y desvirtuar el proyecto/negocio.
Sabemos que siempre estás observando y has comentado que te gusta estar regenerando estilos, cambiando, renovando, nunca copiarse a ustedes mismos. Sin embargo, ¿cómo describirías el sello de tu trabajo?
Ecléctico y atemporal. No sigo las tendencias, estas son pasajeras y efímeras, nacen y mueren rápido. Apuesto por diseños atemporales, pueden durar años y seguir estando de moda o actualidad. Espacios que no cansen y que siempre haya algo que experimentar. Y el eclecticismo se lo debo a mis viajes, mi curiosidad, que miro de plasmar, llevar al diseño.
Has comentado en varias entrevistas que lo importante está en crear atmósferas. Cuéntame un poco más sobre este concepto.
Una atmósfera son varios factores juntos: espacio, decoración, luz, música, ambiente… No diseño sólo el interiorismo, busco diseñar el completo, diseñar con y desde cada punto de vista/actuación para crear la propuesta idónea.
¿Quiénes son tus principales referentes?
Gio Ponti, Calder, Christian Liagre, Kelly Wearstler y Matisse.
En estos años de trayectoria has hecho muchos proyectos y muy diferentes, pero nos encantaría saber, ¿tienes algún proyecto soñado, algo que te gustaría hacer?
Todavía no he hecho un museo, es algo que me encantaría.
¿Cuál es tu principal consejo a la hora de comenzar a diseñar el interiorismo de un espacio? Y qué objeto para ti es el más importante a la hora de empezar.
Hay que tener claro qué vamos a diseñar, la esencia de la marca y dónde. A partir de ahí, es cuestión de dejarse llevar. El espacio y el entorno, son el canvas de todo proyecto.
Has realizado proyectos en diferentes ciudades alrededor del mundo. ¿Cuál es tu lugar favorito, ese al que vuelves o en donde encuentras inspiración?
La Cala, mi casa de pescadores en la Costa Brava. Es el lugar en el que me relajo, en el que respiro el aire del Mediterráneo sin estar contaminado por el ruido de la ciudad. Un lugar donde entro en contacto con la naturaleza y la vida es más sosegada.
¿En qué estás trabajando ahora? Y, ¿cuántos proyectos has realizado?
¡Proyectos he realizados muchos! ¡20 años dan para mucho!
Ahora mismo estamos trabajando en todo el mundo; realizando un par de hoteles con Six Senses, colaborando con el chef José Andrés, expandiendo el mundo Amazónico y descubriendo Asia junto a Shangri-la.
