El 7 de diciembre, Cecilia Vicuña lanzó en la galería Templon, en Nueva York, el disco La Niebla Vital, Wiraqochan, y este fin de semana es el turno de su presentación en Chile. Para eso, la reconocida artista viajó a nuestro país junto al prestigioso pianista y compositor colombiano Ricardo Gallo, con quien hará un concierto inédito, abierto y gratuito, el domingo 18 de diciembre, a las 16 horas, en la plaza central del Persa Víctor Manuel.
La artista visual, poeta, cineasta y activista chilena Cecilia Vicuña fue elegida recientemente entre las 100 figuras más poderosas del arte contemporáneo por la revista ArtReview y es considerada una de las voces más auténticas y polifacéticas de la poesía contemporánea y una potencia artística que encarna la exploración creativa.
Vicuña, que recibió el premio León de Oro a la Trayectoria de la Bienal de Venecia, se convirtió también este año en la primera mujer artista latinoamericana en realizar una muestra individual en la icónica rotonda espiral del Museo Guggenheim de Nueva York. Y desde octubre de este año se encuentra activa la muestra Quipu, Cerebro del Bosque, la gran instalación multidimensional de la artista y poeta, calificada por el diario The Guardian como “la más misteriosa y conmovedora” obra expuesta en el Turbine Hall del Tate Modern, en Londres.
La Niebla Vital, Wiraqochan
El disco fue lanzado en septiembre de 2022 por el sello del artista visual Iván Navarro, Hueso Records. La producción consta de las primeras grabaciones que ambos autores realizaron en 2017 y contiene la interpretación de algunos poemas seleccionados del libro La Wik’uña, de Vicuña, publicado en 1990. Los textos escogidos para esta grabación tratan sobre la riqueza del conocimiento ancestral andino, relacionándolo con la crisis ambiental actual.
La voz única de Cecilia, cargada de ecos de cantos indígenas e ingenio contemporáneo, dialoga con el toque distintivo del piano de Ricardo, que a veces suena como si fuera otro tipo de instrumento musical. Este dúo íntimo se instala como vehículo fructífero para una expresión sonoro-poética tan potente como efímera. “Ricardo escucha un sonido milenario en mis poemas, y yo escucho cristales, montañas y cascadas en su piano. Escuchándonos improvisamos y creamos nuevos sonidos. De esta manera nace una nueva música andina, arcaica y futurista a la vez”, señala Vicuña.
