Hija de Graça Viterbo –reconocida decoradora portuguesa y fundadora de la oficina Viterbo Interior Design hace más de 40 años– y de una de las familias que fundó Estoril, una localidad costera a 20 minutos de Lisboa, Gracinha es hoy quien lidera la oficina familiar. «Hago esto como profesional hace 23 años, pero nací en esta industria del diseño», cuenta Gracinha. «Soy la hija menor y mi mamá era una mujer profesional, súper ocupada, siempre viajando, y me llevaba a todos lados. Soy una creativa pura, me gusta mucho ser diferente. Mis primeras memorias, a los 3 años, no son en un parque, sino en anticuarios. Para mí está en la sangre, la estética es algo muy natural«.
Casa en Porto. Foto José Manuel Ferrão.
Estudió en el Chelsea College of Art and Design y en la Inchbald School of Design y confiesa que además creció en un ambiente donde se respetaba siempre su opinión, «sin miedos a crear o a tener ideas diversas», dice. Trabajó para la interiorista británica Kelly Hoppen como diseñadora junior, antes de unirse a la empresa de su familia. Sobre sus inicios y su estilo ecléctico, donde destaca la libertad en el uso del color, texturas y patrones, habló con ED.
El tema de no limitarse es algo muy presente en tu trabajo, el atreverse. ¿Cómo definirías tu estilo?
“Mi sello es que yo no hago solo diseño de interiores, yo soy una plataforma para elevar las vidas de las personas y todos nuestros clientes son muy especiales. Vienen porque entienden que nosotros hacemos mucho más.
Hay un componente mental y sicológico enorme en mis proyectos, desde mucho antes que se hablara de esto. Le damos importancia. Para mí siempre ha estado claro que los clientes son muy diferentes, y me gusta hablar con ellos para entender quiénes son y desde ahí trabajar la creación.
La creación es algo que se está perdiendo. Plataformas como Pinterest e Instagram nos dan imágenes, pero, si te gusta una blanca, solo te darán blanco. Entonces, no te das cuenta, pero estás todo el día con el mismo tipo de diseño que te muestra tu algoritmo y te moldea. Yo busco ser el elemento disruptivo que entra en la vida de las personas, y para eso necesito saber quién realmente eres y a dónde quieres ir. Quiénes son cuando dejan de lado sus defensas, sus máscaras. Quiero saber qué comen, qué música escuchan, sus miedos, sus sueños, todo eso de las personas que viven en la casa es lo que va a definir el proyecto”.
El living de la casa de Gracinha Viterbo. Foto Francisco Nogueira.
Viviste en Singapur y en otros países, ¿hay algo de la cultura asiática o de tus viajes que traigas a tus proyectos?
“Soy una ciudadana del mundo. Viví seis años en Asia y claro que cambió mucho mi cabeza, porque la filosofía asiática tiene un lado diferente al europeo. Pero también trabajé 10 años en África, viví en Londres, y todo eso conforma mi creatividad. Me encanta viajar y trabajar con personas de culturas y visiones diferentes. Sobre todo, intento entender la identidad de la persona. Claro que todas estas experiencias están conmigo al momento de crear, pero no es algo en lo que piense en mis proyectos”.
¿Tienes algún sueño? ¿Algún proyecto que te gustaría hacer?
“Una biblioteca. Muchos dicen que este es un lugar que se va a perder, pero yo creo que se va a transformar y va a ser dinámico, que puede ser más que solo una biblioteca. Ahora me invitaron a hacer una en una escuela y para mí es espectacular”.
Las casas post pandemia y durante ese tiempo sufrieron cambios, tuvimos que reinventarlas. Dejando ese tiempo atrás, igual hay algo que quedó, ¿cuáles son tus proyecciones en cuanto a tendencia para 2023?
“Una de las cosas que creo que la pandemia hizo fue generar un momento importantísimo para esta profesión, este arte del diseño de interiores. Subió en la consideración de muchos porque está directamente ligado a la salud mental y el impacto que el diseño de interiores puede tener en la vida de las personas es incalculable. Fue un momento disruptivo, como cuando en el siglo XVII, XVIII se inventó el comedor, con la pandemia se generaron dos corrientes: una de la casa que se está abriendo, que está quedando con espacios más abiertos, con personas que quieren estar más en comunidad, más juntas y otra donde las casas tienen espacios más definidos, donde las personas quieren tener su momento, una corriente del diseño que está volviendo a no tener la cocina con la salita, espacios separados.
Pero la mayor de todas las corrientes es la identidad. Las personas se dieron cuenta que sus casas no eran suyas, solo estaban ahí. Ahora las personas invierten mucho más en las cosas que les gustan, más que elegir un producto igual a otros 100 que se encuentran en una tienda. Prefieren ir a anticuarios, galerías, lugares que reflejen su identidad”.
Una mansión del siglo XIX, en Lisboa, fue completamente transformada por Gracinha Viterbo. Foto Francisco Nogueira.
Cabinet of curiosities es el nombre de tu tienda. ¿Cómo comenzó y cómo se ha convertido en este gran espacio, que la gente busca y admira?
“Esta tienda, que podría estar en cualquier parte del mundo, está en Estoril, a 20 minutos de Lisboa. Cuando volví de Asia con mi familia, la oficina de Viterbo Design estaba ahí en esta townhouse, una de las primeras de Estoril, un lugar muy conocido en Europa, porque en los años 50 era un poco como la Riviera Francesa y venían las personas de Hollywood y las familias reales y después se transformó en un Europe best kept secret (el secreto mejor guardado de Europa). Ahora estamos recibiendo mucha gente y está comenzando a ser menos secreto.
Cuando volvimos aquí, estábamos con el equipo, que somos 20, más los artesanos con los que trabajamos y ya no cabíamos. Tenía un almacén repleto de objetos, de arte que compro para los proyectos, y no tenía contacto con el público… Y por otro lado estaba esta townhouse con muchas piezas. Ahí pensé: esto podría ser como un cabinet of curiosities. Cuando las personas viajaban en el siglo XVIII, XIX, traían piedras, objetos excéntricos y los mostraban en un cabinet en el living, como demostración de sus viajes. Y ahí se me ocurrió crear uno en tamaño grande, con objetos completamente diferentes, que marcan la diferencia en las casas. En esta casa totalmente todo se vende, son ideas que hemos creado, otras que compramos, otras que creo con artesanos locales, europeos o del mundo. También es una plataforma para ellos, puedo comprarles una pieza o diseñar algo específico para la tienda”.
El color siempre tiene un lugar especial en los proyectos de Gracinha Viterbo. Foto Francisco Nogueira.
¿En qué estás trabajando ahora?
“Portugal está en un momento muy interesante, en construcción, en creación. Tenemos muchos inversionistas y mucha gente que descubrió Portugal, porque hasta hace muy pocos años era un secreto de Europa. Entonces, hay muchos proyectos que estamos haciendo aquí, tanto privados, de fincas, de casas, de palacios en Lisboa, Oporto, departamentos y hoteles. Nosotros no elegimos por el tamaño del proyecto, sino por su historia, el cliente. También tenemos proyectos en Londres, en Málaga y en Bangkok”.
