Lo que partió como un viaje a Chile por solo tres meses, terminó en dejar Buenos Aires y establecerse definitivamente en Santiago. De esto ya han pasado ocho años y hoy la artista Ana Bonamico está totalmente instalada en la casa que remodeló –en plena pandemia– junto a su marido, el fotógrafo Tom Ghiorzo. “El diseño de la casa y toda la decoración de la casa, son 100% mérito de Tom. Yo solo le di el visto bueno, en esta el artista es él”, cuenta entre risas Ana.
Estaban cómodos en un departamento en Providencia, pero encontraron una casa con potencial. Ubicada en los cerros de Las Condes, estaba emplazada en cuatro niveles y un gran terreno, pero había que remodelarla. Fueron seis meses de intenso trabajo: botaron paredes para que entrara más luz, instalaron ventanas de termopanel en tono madera, pintaron los pisos blancos y las paredes pasaron de ser ocres a un blanco impoluto. Todo de la mano de Rodrigo Darraidou, de Darraidou Arquitectos.
“Quería el piso blanco para llenarlo de color con mis cuadros coloridos”, cuenta Ana. Contrario a lo que se podría pensar, en su segunda casa en Chile apostó por tonos neutros y en sus paredes hoy están colgados los únicos tres cuadros que ha pintado sin color. “Pensé que no me iba a acostumbrar, pero me encanta. Bajo a mi estudio y ahí tengo la dosis de tonos flúor que necesito”, explica.
Con una paleta neutra, lograron una decoración cálida que permite olvidar el caos de Santiago. En el living, el protagonista es un gran sofá beige (de Milk), dos poltronas blancas (de la tienda Wolf) y una mesa de centro nido de madera (Épica Deco). Los dos grandes canastos convertidos en pantallas de lámparas, que iluminan el living, se roban todas las miradas.
El comedor completo es de la tienda chilena Buca Home. La mesa tiene cubierta de mármol y las sillas son de rattán con fierro. La hija de Ana, Bambi, quien recién cumplió dos años, también tiene su sector: una mesa de picnic de la tienda Roda donde pinta siguiendo los pasos de su madre.
Plantas, plantas, plantas
Otro elemento presente en toda la casa son las plantas. El encargado es Tom, quien ha ido coleccionando distintas especies, distribuidas por la casa en canastos de fibras naturales y en maceteros de greda. Algo que querían en la casa era tener muchos cactus: ya hay más de 30 desplegados entre la entrada y las terrazas.
Mundo exterior
Mención aparte merece la terraza. Aprovechando los diferentes niveles de la casa, contiguo al living comedor está el espacio que más usan. Una gran banqueta en obra les permite invitar a muchos amigos y, como pasa en toda la casa, las fibras naturales están presentes. El ambiente cálido lo aportan unas delicadas cortinas de lino blanco y las lámparas de mimbre y rattán. Al bajar las escaleras, hay un segundo espacio habilitado con sofás y muebles de rattán donde resalta el techo de bambú que mandaron a hacer, con la constructora Aspen.
Un lugar para crear
Ubicado bajo la casa está el taller de Ana. Es ahí donde crea sus obras, acompañada siempre de Berlín o Bambi. “Estoy armando mi exposición en Chile para presentar a fin de año, también preparándome para Art Basel en Miami en diciembre y poniéndome al día con mis cuadros, ya que estoy con lista de espera”, cuenta.
“Me encanta el resultado de nuestra casa, en ella encuentro la paz que necesitamos. Y tenemos los espacios para crear lindos recuerdos en familia y con amigos. Además, los cerros de fondo son una gran inspiración para mí como artista”, afirma.
¿Dónde comprar plantas y mandar a hacer cortinas de terraza?
Plantas
Dos lugares que recomiendan para abastecerse de plantas son el Jardín El encanto, en Padre Hurtado y Vivero Rodin, en Lampa.
Cactus
La encargada de buscar e instalar los más de 30 cactus que hay en la casa fue la paisajista Cata Bierwirth, de Little Buddha Garden Store.
Cortinas
Las cortinas de la terraza y todos los almohadones, los mandaron a hacer con Casa Rayú e Inés Jhonson, son 100% de lino y Ana las usó con un nudo para darle un toque más casual.