En la costa de Carmelo, en Uruguay, se levanta esta casa proyectada por la diseñadora argentina María Anzoátegui (@mariaanzoategui), quien ha sido responsable de proyectos en Buenos Aires, Punta del Este, en la costa argentina e incluso estuvo a cargo de decorar un gran yate que ahora está anclado en la costa italiana.
Esta casa en Uruguay, es el quinto proyecto que la diseñadora hace para este cliente, quien le hizo un pedido muy general: quería una casa de inspiración norteamericana. “Le propuse un proyecto que incorpora lo más destacado del estilo de construcción típico de los 50 de los suburbios de los Estados Unidos. Lo primero que se me ocurrió fue el revestimiento de siding, los techos de pizarra, las celosías, el porche y las galerías laterales. Y le sumé, además, rasgos típicos de la clásica estancia argentina combinados con un interiorismo sofisticado”, cuenta Anzoátegui.
El proyecto fue desarrollado junto al estudio de arquitectura uruguayo Sanbor. Para la planta general, María propuso hacerla en forma de herradura con un patio central con piscina de natación y cinco galerías revestidas con pisos calcáreos dispuestos en forma de damero. Además, el proyecto, de 800 metros cuadrados, consideró living, comedor y cocina integrados, una salita familiar independiente y cuatro dormitorios.
La claridad del exterior revestido en siding y piedra contrasta con la paleta de colores oscuros que se usó en el interior, donde domina el color visón. Materiales nobles como la madera en todos los pisos, salvo en los baños; chimeneas revestidas de piedra y mobiliario de líneas contemporáneas es parte de lo que se puede ver al entrar a esta casa.
Hay muebles cuidadosamente seleccionados de B&B Italia, Paola Lenti, Maxalto, Poliform, Riva, Molteni, RH, Ralph Lauren, y Sollos, entre otras marcas. “Soy bastante ecléctica y pongo los muebles que cada ambiente pide. Una ve tantas cosas cuando viaja, tantas ambientaciones, películas que quedan grabadas en la retina: voy detrás de lo que imagino”, cuenta la diseñadora.
En el living, el techo de madera pintado de blanco conversa con la chimenea revestida en piedras extraídas de canteras locales y dispuestas como si fueran adoquines. Las bibliotecas laterales, de madera de lapacho, contienen collares tribales, objetos orientales, velas italianas y cajas de madera negra de Sollos. La alfombra kilim antigua en tonos azules es un guiño al color de la puerta de acceso, en la misma gama.
La salita familiar sigue con el mismo techo de madera pintado blanco, y las paredes están revestidas en madera teñida y descascarada. “Parece un cuarto de montaña, con las paredes revestidas con troncos, que se diferencia del resto del estilo de la casa. En este espacio quise crear un clima más invernal”, cuenta la interiorista, quien complementó el espacio con sillones de lino de la tienda Atemporal y una lámpara de RH.
El paisajismo del proyecto estuvo a cargo de Alejandra Sabot, quien realizó un diseño agreste, con gramíneas, Santa Ritas, jazmines, agapantos y variedades que resisten la embestida del viento.
“Me gusta crear una armonía y que los espacios conversen bien. Las sensaciones de placer se van sucediendo a medida que se recorre cada uno de los espacios de esta vivienda formulada para ser disfrutada durante todas las estaciones. Magia, calidez, son algunas palabras que mejor describen a esta casa con tanta personalidad”, cuenta la diseñadora.
