Hace 44 años, cuando este matrimonio se casó, se fueron a vivir a Pirque. Tras tener a sus seis hijos, decidieron volver a Santiago para estar más cerca de los colegios y universidades. Con varios de ellos ya adultos e independientes, poco antes de la pandemia decidieron volver a su origen para llevar una vida más calmada y alejada del ruido.
En esa búsqueda, llegaron a esta casa, que fue amor a primera vista. Los jardines y la nobleza de la construcción los conquistaron. De la mano del constructor Andrés Zavala y de las decoradoras de CCD Interiores (@ccdinteriores) –conocidas por sus interiores con harto color y estampados– hicieron pocos cambios estructurales y llenaron la casa con detalles que le dan un aire acogedor, justo lo que querían para disfrutar junto a sus hijos y nietos.
Arreglaron las puertas e instalaron manillas de bronce hechas a mano y reutilizaron gran parte de los muebles que ya tenían. Los sitiales y la banqueta que hoy están en el living, los compraron hace 25 años en Contemporáneo, de Patricia Vargas. Ahora solo le cambiaron el tapiz por una seda de Jim Thompson Fabrics, importada por la tienda La Canel. Algunos muebles los fabricó Lote Estudio, otros son heredados y el único requerimiento que la dueña de casa les pidió a las decoradoras Jocelyn y Caroline Cable y Valesca Sinninghe Damsté fue un sofá rosado, que hoy es la pieza principal del living, tapizado en una tela de Colefax and Fowler, también de La Canel.
Uno de los principales cambios que hicieron en relación al mobiliario fue achicar el comedor, potenciando el de diario de la cocina y el living. De hecho, la gran protagonista no es la mesa, sino un librero que alberga recuerdos familiares. “Creo que el comedor es un espacio demasiado formal, que ya no se usa. Tenía una mesa para 14 personas y hoy con esta redonda para cuatro no la he echado de menos ni un solo día”, cuenta la dueña de casa. Siguiendo con la reutilización, a la lámpara del comedor –que también compraron cuando se casaron– simplemente le sumaron las pantallas, cambiando su look totalmente.
Telas y papeles
“Me gusta el amarillo, el rosado y el azul, y quería que estuvieran integrados en la decoración. Me encantan los detalles, quería una casa y una decoración cálida en la que lucieran todas las piezas y recuerdos que por años hemos ido recolectando con mi familia. Muchos de los muebles son de cuando nos casamos y otros los heredamos de mis suegros”, cuenta la dueña de casa.
Las decoradoras lograron crear un ambiente clásico con el color como protagonista, pero que no le quita importancia a los recuerdos y detalles que están por toda la casa. A la combinación de tapices, se suman los papeles murales que conversan perfectamente con los estampados. En la cocina destaca el papel amarillo con palmeras, en el baño de visita uno terracota con inspiración oriental (ambos de Thibaut, que venden en Simone Home) y en el comedor uno de su amiga Teresa Zegers, que contrasta con un cuadro de María José Romero que le regaló su marido.
“Nos pidieron una casa con vida, llena de colores y patrones, que fuera acogedora”, cuenta Valesca Sinninghe Damsté, de CCD Interiores. “El resultado fue una casa de campo, con aires ingleses que mezcla lo chileno, en un ambiente suelto. No es para nada una casa estática”.
El dormitorio principal se roba las miradas. Con un ambiente cálido que invita al descanso en medio de los parques que rodean la casa, el papel mural toile de jouy es de Thibaut, la cama la diseñaron con Gerardo Valle y los detalles los dan los apliqués de bronce y la gran lámpara de cielo.
Vivir el exterior
Al entrar a la casa uno de los lugares que no pasa desapercibido es el invernadero, que es donde se juntan a pasar tiempo en familia. Los sofás estaban y solo los pintaron color verde y se sumaron algunos cojines nuevos.
En la terraza exterior –que es el lugar que más usan– la idea era lograr la misma comodidad interior. Por lo mismo, pusieron sofás de tela y las clásicas sillas escalera de madera con junco (que tenían en su primera casa en Pirque) y un gran comedor de madera para que quepan todos los nietos.
“Me gusta cada rincón de mi casa, tanto en invierno con la chimenea prendida, como en verano cuando el jardín florece. Sé que aquí atesoraremos muchos lindos recuerdos en familia”, sentencia su propietaria.