La interiorista Francisca Varela, de FVM Decoración, cuenta que a veces, con su oficina, les toca tomar el proyecto de una casa cuando ni siquiera se ha construido y otras, llegar cuando ya está todo listo. Pero en cualquiera de los dos casos, el objetivo es el mismo: conocer a quienes van a habitar el espacio para lograr una casa completamente personalizada. “Ese es nuestro principal foco: saber cómo vive la gente, qué es lo que van a hacer dentro de la casa. Que los espacios queden diseñados según cómo se van a habitar”, explica.
En este caso, se sumaron a Alberto Cruz del Estudio Valdés, que proyectó la casa, cuando el proyecto estaba recién empezando. “Fue súper entretenido el proceso, porque pudimos entender cómo se concibe la arquitectura y qué es lo que los clientes querían de la casa y la intención que buscaban darle”, explica.
A los dueños de casa, una pareja con cinco hijos, les gusta mucho disfrutar la casa e invitar amigos y familiares. “Ellos son personas que tienen mucha vida y les encantan las materialidades, que las cosas tengan carácter”, cuenta Francisca (@fvmdecoracion). Por eso, en este proyecto jugaron mucho con distintas materialidades, muy inspiradas en la naturaleza. “Siguiendo la personalidad de los dueños de casa, todos los espacios tienen mucha alma”.
Aquí el cielo está revestido, el piso es de mármol, hay ladrillos y tratamientos de muros, hay cemento y madera. “Es una casa con muchos elementos que conviven muy bien porque es espaciosa, entonces eso permite que haya materiales potentes y que se complementan. Yo creo que es una casa en la que nos permitieron ser bastante jugados y que, en el fondo, junto con los clientes, la llevamos hacia allá”, dice la interiorista.
Los sillones de las cabeceras del comedor, tapizados con un estampado bien fuerte, son uno de los elementos favoritos de Francisca. “Son de las cosas que más me gusta porque encuentro que a pesar de que hay un lugar grande y con mucha información, conviven súper bien y creo que es porque hay un equilibrio en texturas y colores. Hay mucha naturaleza dentro de la casa”, dice.
Otra cosa que marca la diferencia en este proyecto son los muebles a medida: todos fueron diseñados por la oficina de Francisca Varela y la mayoría fueron fabricados por el taller del dueño de casa, Muebles Droste. “Es una casa muy a la medida”, cuenta Francisca, que nunca había trabajado antes con Droste y que quedó fascinada con la experiencia y el resultado.
Una cocina con carácter
“La cocina es el alma de esta casa”, dice Francisca y cuenta que cada vez que uno entra a la casa, hay alguien ahí instalado. “Es una cocina que tiene mucha vida, ellos pasan muchas horas ahí y además está muy conectada con el comedor, con la terraza, con el living”.
Por eso, para Francisca era importante lograr un espacio con carácter, pero totalmente funcional. “Hoy las cocinas tienen un rol súper protagónico en las casas y lo básico es la funcionalidad, pero también que los materiales te acojan, te acompañen, que uno no la sienta fría”, dice. En este caso, la calidez que aporta la madera de los muebles se complementó con un comedor de diario antiguo, también de madera, pero más oscura. “Hoy a veces uno invita a alguien y termina quedándose en la cocina. por eso tiene que ser un lugar exquisito, rico para estar, para mí eso no se transa”.
