Sofia Emthén nació en Skellefteå, al norte de Suecia, y cuando entró a la Universidad en 2004 se fue a vivir a Estocolmo. Ahí conoció a su marido y tuvieron dos hijos, pero las ganas de una casa más grande y una vida más tranquila los llevaron a pensar en volver a su ciudad natal. “Éramos felices en Estocolmo, con muchos amigos y la familia de mi esposo cerca. De repente, esta casa se puso a la venta”, cuenta Sofia sobre la propiedad donde viven desde finales de 2019.
“Hizo clic en todas nuestras casillas: una casa antigua, situada en el campo, pero a 15 minutos en bicicleta del centro de la ciudad, con un granero grande con muchas posibilidades y que además estaba al lado del río, con una vista muy bonita del paisaje. Los niños estaban a punto de comenzar la escuela, así que sentimos que era ahora o nunca y decidimos intentarlo”, explica.
Ya llevan cuatro años instalados en esta casa y han hecho varias mejoras, aunque reconocen que recibieron la casa en muy buen estado: con el parquet en espiga de roble original y con una restauración muy cuidada. “Nuestra renovación no es imprescindible, sino que tiene que ver sólo con nuestro gusto”, cuenta la dueña de casa, que también tiene una cuenta de Instagram donde ha ido compartiendo el proceso.
Remodelaron la entrada y el baño del primer piso, sacaron un clóset que había en el comedor para darle más aire y poder usar una mesa más grande, le hicieron almacenamiento a la sala de estar y ahora están en la mitad de la remodelación de la cocina, que incluye un horno amarillo brillante. El granero también ha ocupado mucho de su tiempo: construyeron algunos dormitorios y se ha convertido en un lugar para jugar con sus hijos. “Simplemente es un lugar agradable para pasar el rato”, explica Sofia.
Para decorar el espacio, usaron un mix de muebles que tenían desde antes y otros que compraron de segunda mano o que heredaron de sus familias. Además, el dueño de casa construyó varios muebles, como la mesa del comedor y parte del almacenamiento. “También estamos en el proceso de reemplazar algunos de los muebles ahora: los niños están más grandes y nos gustaría cambiar los sofás y las sillas del comedor, ahora que hay menos peligro de derrames y desgaste”, cuenta Sofía.
A esta familia le encanta invitar, por eso han concentrado sus esfuerzos en los espacios sociales. Pero la cocina y el comedor son, sin dudas, los lugares que más usan como familia (y sus favorito). “Comemos casi todos los días en la isla de la cocina, los niños hacen sus tareas, yo me siento ahí cuando trabajo desde casa y es donde comienzan todas las comidas, con el aperitivo y la preparación”, dice.
Con un estilo que ellos mismos definen como “mezclado, cálido y hogareño”, el foco de esta familia ha sido armar una casa cómoda y fácil de vivir. Donde puedan entrar y salir, con espacio para guardar sus equipos –son fanáticos de los deportes y actividades al aire libre– y con un mix entretenido. “Nuevo y viejo, colorido y calmo. Una buena mezcla que te calma, pero también te anima”, cuenta Sofia sobre ese mix que se puede ver en esta casa.
Además de la remodelación de la cocina, están trabajando en el jardín de invierno y pensando en construir un invernadero, renovar el acceso y el porche trasero y también hacerle algunas mejoras al segundo piso. “Pero seguramente aparecerán más ideas en el camino que nos harán volver a priorizar. Ese es un poco el encanto de vivir así: los proyectos nunca terminan, siempre hay nuevas ideas para hacer”.