El dueño de esta casa en Puerto Varas es un cocinero apasionado, además de un gran anfitrión. Por eso, el primer requerimiento para la arquitecta a cargo del proyecto, Andrea Von Chrismar (@avonarquitectos), fue que la cocina se transformara en el corazón de la casa, acompañada por un living pequeño.
“El living tenía que estar liberado en su centro, para permitir la casualidad de la circulación y el baile. Además, una chimenea abierta, una terraza techada con quincho como extensión del espacio central y materiales nobles; un interior acogedor, sureño y luminoso”, explica Von Chrismar sobre el pedido que dio origen a la casa La Dicha, nombre que se ganó porque “el dueño es un hombre que anda dichoso por la vida”, como ella misma cuenta.
La casa entonces tenía que ser un espacio “elástico”, un lugar para poder compartir esa energía con sus amigos y cercanos, pero que además debía funcionar bien en el día a día.
“Una de las variables más desafiantes de resolver era la dualidad que necesitaba el espacio principal de la casa, que debía acoger dos momentos radicalmente distintos: un espacio holgado y cómodo para recibir a 10 o 15 personas los fines de semana, con adultos y niños en torno a la comida y la conversa, y al mismo tiempo un espacio acogedor para estar solo en la semana”, explica la arquitecta.
Inspirada en los galpones sureños
La obra de Von Chrismar, que se ha extendido por el sur de Chile, toma la inspiración en los clásicos galpones antiguos de la región, que se han transformado en parte de su identidad.
Y para esta casa en particular, Andrea rescató dos características propias de estas construcciones: el volumen y el oficio de la carpintería en madera, que trabajó en contraste con materiales y terminaciones contemporáneas. “Esto pretende poner en valor la historia e identidad local, al mismo tiempo que aprovecha las ventajas de las nuevas técnicas y tecnologías”, cuenta.
Así, la casa tiene forma de galpón, pero fue construida en latones de fierro texturado para garantizar su durabilidad. Y en el interior, este contraste se da entre la calidez de la madera y los grandes paños de vidrio, que logran un interior cálido, amplio y luminoso.
El corazón de la casa
Tal como lo pidió el dueño de casa, aquí el corazón está en el espacio central. “Es un espacio al que le pasan cosas. Cambia con la luz del día y con las estaciones del año, se atraviesa visualmente y físicamente, es un lugar airoso, pero al mismo tiempo sectorizado por distintos elementos. Está la parrilla colgante sobre la isla de la cocina que baja la altura, la chimenea que deja el fuego a la altura de una persona, pero la estructura toma la medida del espacio, y la escalera que se abre al segundo nivel generando una perspectiva cruzada con el ventanal de doble altura que da al patio”, explica Von Chrismar.
Andrea vive en Puerto Varas y ha desarrollado en la región de Los Lagos la mayor parte de su trabajo, por eso, le pedimos un consejo para quienes están planeando construir en el sur de Chile: “Considerar el sol, la luz y el viento como variables principales a la hora de diseñar”.
