Suiza es uno de los destinos más lindos del mundo. Con más de 8 millones de habitantes, el país alpino se caracteriza por estar rodeado en su mayoría de montañas, haciendo de la visita toda una experiencia aventurera outdoor.
Suiza es un excelente país para recorrer en casa rodante, camper o autocaravana: este medio permite viajar de forma más económica y planear un viaje personalizado, con todas las paradas necesarias y recorriendo los rincones más remotos. Aquí, un recorrido de cinco días lleno de buenos datos y parajes imperdibles.
Día 1: Lucerna
El viaje inicia cerca de Zürich, en la estación Buchs Dällikon, a unos 20 minutos en tren desde la ciudad. A tan solo 5 minutos andando está Indie Campers (@indie_campers), una empresa dedicada al arriendo de autocaravanas. Tienen varias opciones y sus vehículos cuentan con cocina, electricidad, camas, calefacción y baño (importante sobre todo si el viaje incluye niños).
Ya arriba de la casa rodante, el primer destino es Lucerna, a unos 50 kilómetros de Zurich. El camino avanza a través de campos muy verdes, llegando a las orillas del lago Cuatro Cantones. La ciudad más visitada de toda Suiza es pequeña, pero con encanto; perderse caminando en su centro histórico es un excelente panorama.
El estacionamiento ubicado en la calle Ufschötti es de los pocos que acepta autocaravanas; el pago es solo con monedas y está a unos 15 minutos caminando del Puente de la Capilla, un puente de madera que se eleva elegantemente sobre el río Reuss. Con un diseño serpenteante, el puente que por muchos años fue el puente de madera más antiguo de Europa, conecta las enfrentadas orillas del río. La gracia del puente es que a mitad de camino tiene una torre octogonal del año 1300 y se encuentra en el centro de la ciudad.
Un consejo: a pesar de que la moneda oficial es el franco suizo, casi todos los lugares aceptan euros, aunque con conversión.
En la plaza Muhlenplatz, dentro del casco histórico, y a la orilla del río, se encuentra un restorán minimalista y de un gusto exquisito llamado Mill’Feuille (@mill_feuille), decorado con flores secas, cielos bajos y toques dorados de estilo Art Decó. Como recomendación, pedir la sopa de nabo Scorzonera o Schwarzwurzel, como le dicen allí, de sabor dulce, toques a tierra y picante; un plato excepcional.
Si la visita es durante febrero, el carnaval de Lucerna es un panorama que sorprende.
El lago Alpnacher, al sur de Lucerna, es una muy buena opción para alojarse. Con vistas al lago, el camping Bachmattli es un lugar pequeño, tranquilo y muy familiar que ofrece un alojamiento completo, con enchufes para el autocaravana y duchas calientes, incluso en temporada de verano tiene su propio restorán abierto. El camping se ubica a los pies del monte Pilatus, majestuosa montaña alpina que se puede subir gracias a uno de los trenes cremallera más empinados del mundo. El tren sale desde la estación del pueblo Alpnachstadt.
Día 2: Interlaken
Siguiendo el curso del río Aar se encuentra Brienz, un pintoresco pueblo ubicado al norte de los Alpes, excelente para hacer una parada y bajarse al lago turquesa de Brienzsee. Si el clima acompaña, una recomendación es hacer un paseo en kayak por el lago, donde se puede conocer el Castillo Ringgenberg. Existen varias empresas que realizan este paseo, una de ellas es Hightide Kayak, (@hightidekayak).
Para tener vistas en altura y panorámicas, hay que visitar el puente colgante Unterweidligraben que se encuentra en la ruta. El único acceso es a través de un sendero en pendiente, por lo que es importante ir con zapatos cómodos.
El próximo pueblo es Interlaken, pueblo turístico que se encuentra entre dos lagos, por un lado Brienz y por otro, Thun. El pueblo rodeado de montañas deja ver los densos bosques alpinos y sus glaciares se divisan a lo lejos. Interlaken se caracteriza por los paseos en parapente, de hecho el parque de aterrizaje está en el centro de la ciudad. Está permitido estacionar allí mismo con la autocaravana para disfrutar de la actividad.
Día 3: Lauterbrunnen
A unos 20 minutos de Interlaken en autocaravana se encuentra Lauterbrunnen, uno de los lugares más lindos de los alpes suizos. El pueblo está ubicado en una explanada muy alta y muy angosta, rodeado de unos paredones de piedra por donde caen 72 cascadas a lo largo del valle, haciendo que este espacio sea sobrecogedor.
El camping Jungfrau (@campingjungfrau) tiene vista a la cascada principal y cuenta con wifi, espacios de limpieza para el auto, cargar y descargar aguas y baños de lujo que incluyen música y calefacción. Con un poco de suerte, la camper puede quedar a la orilla del río, para desayunar entre el sonido del río y los pájaros volando.
Praderas verdes y casas de madera humeantes y llenas de flores dan la sensación de que el tiempo no ha pasado y para recorrerlo, se puede caminar desde el mismo camping Jungfrau. Las vacas y las ovejas se escuchan a lo lejos con sus pesadas campanas, mientras se camina bajo las cascadas. A lo lejos se ve el tren cremallera que sale desde Interlaken subiendo y bajando las montañas dirigiéndose a Mürren, otro pueblo de montaña. Las huellas existentes entre pequeñas casas e iglesias hacen vivir la real experiencia de estar en Suiza. Lauterbrunnen tiene un pequeño centro, que está equipado con restoranes y cajeros automáticos, por lo cual comer allí es cosa fácil. El clima es frío incluso en verano, perfecto para probar el fondue de queso suizo en el hotel Oberland (@hotel_oberland_lauterbrunnen), una olla de queso fundido con trozos de pan para untar.
Esta zona de los Alpes se caracteriza por el deporte y la vida al aire libre y desde Lauterbrunnen salen una infinidad de senderos, trekkings y paseos. Una actividad interesante en esta zona es ir a conocer el Top of Europe, el lugar más alto de Europa de llegada en tren, a unos 3500 metros de altura. Desde allí las vistas son espectaculares, inserto entre montañas y nieve. Los precios desde Lauterbrunnen van desde los 110.000 pesos chilenos por persona y el paseo dura entre 5 y 6 horas.
Día 4, Grindelwald
A unos 30 minutos en camper desde Lauterbrunnen se encuentra el pueblo de Grindelwald. Un pueblo que desde la carretera avisa que lo que viene es imponente. En invierno es un pueblo de esquí y en verano un centro turístico de alpinismo y se utiliza como base para subir el Monte Eiger, una montaña de piedra caliza ubicada a casi 4.000 metros de altura.
Estacionarse en mitad de la naturaleza para contemplar y poder disfrutar de un almuerzo casero es un lujo. Para tomar un buen chocolate caliente, el restorán C und M (Cundm-Grindelwald) tiene las mejores vistas, a los pies de las montañas. Además sus platos se caracterizan por el uso de productos regionales y de temporada.
En la zona se pueden hacer varios paseos, como el teleférico de Grindelwald, que permite llegar a la zona alpina de Pfingstegg y acceder a una zona de senderismo glaciar que es patrimonio de la UNESCO. Tirarse por toboganes por las coloridas praderas alpinas puede completar esta experiencia outdoor.
Para el atardecer, empieza el descenso de las montañas y el camper se dirige hacia el este. Iseltwald es una parada necesaria, un pequeño pueblo con gracia. A primera vista pareciera que todo el pueblo pertenece a todos, ya que las casas se ubican en torno a huertos y los animales caminan libremente por la zona. Al andar por su pequeña costanera se pueden ver varios hostales.
Desde aquí hay hermosas vistas hacia el castillo de Seeburg, un castillo emplazado en una península sobre el lago Brienz. Por unos 10 euros la noche, los estacionamientos del pueblo han sido diseñados para autocaravanas, e incluyen baño.
Día 5: Buchs
Al este del país existe un pueblo llamado Buchs, ubicado en el valle del Rin y enfrentado a la montaña que alberga al país de Liechtenstein. El pequeño pueblo de la comuna de San Galo, se encuentra a los pies de la montaña Buchserberg, y a pesar de haber sido nombrado por primera vez el año 765, su gran importancia se le da en la Edad Media, como parte del condado de Werdenberg, donde en el año 1228 se construyó el Castillo Werdenberg en la cima del pueblo. Para llegar al castillo, la subida es a pie y sobre adoquines, rodeando establos y casas de época. Desde los últimos escalones se pueden ver las vistas hacia Buchs entre cultivos de parras. Hoy la zona del castillo se usa para eventos culturales que potencian la arquitectura y la esencia del lugar.
El camping Werdenberg cuenta con electricidad, baños y además con hermosas vistas al castillo y a la iglesia del pueblo. Casi todos los sábados durante la mañana, fuera del camping se realizan ferias de pulgas, una muy buena manera para encontrar alguna antigüedad.
Para probar comida local, la recomendación es ir al Hotel Taucher (Hotel Taucher Buchs), para probar las salchichas alemanas-suizas en salsa de cebolla.