Los marcos también cuentan historias, con estilos y formatos infinitos son el complemento de cualquier obra de arte. No son solo piezas que rodean un cuadro, son parte de la obra y hay que entenderlos como tal.
Ovalados, cuadrados, rectangulares. De aluminio, de plástico o de madera. Con las obras flotando o con paspartú, lisos o de colores. Modernos o clásicos, en caja, centrados o no. Las opciones de enmarcado son infinitas.
Valentina Castro (32, artista visual), partió hace ocho años en el mundo de la enmarcación a través de Marina Marcos. Su sello es el enmascarado, técnica que usando masking tape, permite crear figuras, líneas y diversos diseños. De esta forma, crea coloridos marcos de raulí intervenidos y pintados a mano por ella misma.
“Puedo jugar con los diseños y extender las obras hacia los marcos, mostrando la nobleza de la madera la mayoría de las veces. Hago las mezclas de color, tratando de acercarme a los colores de las obras. Es la parte más divertida e interesante, se potencian las obras, y lo mejor es pintarlos a mano, los hace únicos”.
Hoy trabaja con varias artistas, en su mayoría mujeres, para darles tribuna a través de su oficio. Patricia Juppet, Andrea Ausencia, Paz Soffia, Taller Jakuzi, Andarino, Pampi Vela, Texia Luco, Amalia Fernández solo por nombrar algunas.
Manuela Peña (34, artista visual), fundó La Escuadra en 2019 para poder enmarcar sus propias obras y de ahí no paró. Para ella el marco, además de considerar la obra, debe tener en cuenta para quién es. “Se debe mantener el sello de la obra, pero también tiene que llevar un poco de la autenticidad de la persona, esto es clave a la hora de optar por un elegante marco clásico o por uno más moderno de color, llenos de personalidad”.
Para identificar en qué lugar estará el cuadro, le pide a sus clientes fotos de su casa y decoración y las cosas que les gustan, con eso ella propone ideas. También ofrece el servicio de ir a las casas para asesorar en la composición, ver dónde ponerlos y a qué altura.
Para Manuela, la elección del marco es clave, ya que no hay que perder de vista que lo importante es la obra, que se mantenga fiel a su estilo. “Las piezas de arte nunca están listas hasta que tienen su marco, ya que se puede enaltecer o, incluso, arruinar una obra”, sentencia. Por eso, aconseja asesorarse y explorar diferentes tamaños y formatos.
Cinco claves a la hora de elegir un marco
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¿En qué fijarse a la hora de elegir un marco?
Valentina: “Las esquinas son clave ya que si tienen una pequeña abertura o separación es muy probable que con los años se desarme. Otro punto importante es saber que el material que nos están vendiendo sea madera y no un aglomerado”
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¿Irregular o las piezas centradas, de qué depende?
Manuela: “Aunque a veces las obras hablan por sí solas de cómo deben ser enmarcadas, en otros casos, depende mucho de para quién sea el encargo y donde irá colgado. Yo por personalidad más desordenada me encanta descentrar las piezas, creo que es un lindo juego visual y también aporta movimiento en las composiciones”.
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¿Con o sin paspartú?
Valentina: “Cualquiera de las dos opciones es válida, considerando algunas cosas como su tamaño, colores, si es necesario darle aire o ya tiene. También la materialidad que estamos trabajando, ya que el paspartú, además de dar aire nos permite separar la obra del vidrio para su mejor conservación”.
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¿Cuándo usar una caja como marco?
Manuela: “El marco caja no necesariamente es solo para objetos, cuando la obra tiene bordes irregulares o un lindo papel texturado es lindo dejarlos flotando, o bien pegados al fondo la profundidad les da un toque especial, en una suerte de invitación a meterse dentro”.
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¿El mejor material?
Manuela y Valentina, coinciden: “La madera”.