El arquitecto Pablo Guzmán y el interiorista y psicólogo Andrés Blanco son los creadores de la oficina de arquitectura e interiorismo Guzmán & Blanco (@guzmanblancoarq) y socios de la AdDI (@addi_chile). “Nuestra línea de diseño es una mezcla de estilos, con toques clásicos y un estilo antiguo con una mirada moderna y contemporánea. Y mucho color”, cuentan. Y es verdad, en sus proyectos, que van desde restoranes y tiendas, hasta departamentos piloto y residenciales, siempre hay una buena dosis de color y humor.
Además, son los dueños de la Tienda Larry (@tiendalarry), que es realmente una vitrina a su mundo, un mix de objetos entretenidos, que combinan estilos de distintas épocas y siempre con un toque atemporal.
Con la tienda fueron unos de los precursores del barrio Italia, donde estuvieron hasta el mes pasado. Después de 14 años en el barrio que los vio nacer, cerraron las puertas de la antigua casona y abrieron un espacio en el MUT.
Esta semana los invitamos a contestar nuestro Cuestionario ED, donde nos contaron qué es lo que no puede faltar en un espacio decorado por Guzmán & Blanco, en qué invertir y en qué ahorrar en decoración y cuál es su producto favorito del BazarED.cl (aquí una pista), entre muchas otras cosas.
Y como son expertos en color, aprovechamos de pedirles sus mejores consejos para los que todavía no se atreven a incorporarlo en la decoración.
¿Cómo perderle el miedo al color?
“Lo primero es atreverse”, dicen Pablo y Andrés. “No hay colores correctos o incorrectos, más bien tiene que ver con cómo usarlos, las cantidades y el cómo se combinan”.
Sin miedo a la oscuridad
“Los colores más oscuros dan susto porque las personas creen que achican los espacios, pero yo diría que es al revés”, explica Andrés. “Los colores claros reflejan la luz, entonces dan la sensación de que el muro se viene encima. En cambio un muro de un color oscuro es como la noche: da profundidad, porque absorbe la luz. Entonces, al pintar la cabecera de la cama, por ejemplo, o un muro del comedor de un azul o un verde oscuro, ese muro se ve más lejos, entonces se agranda visualmente. Los colores oscuros no achican los espacios como uno tiende a creer, sino que los agrandan, porque dan profundidad”, aclaran.
Partir de a poco
«Es difícil atreverse, y aunque a mí me gusta pintar un espacio completo de un solo color, un primer paso puede ser pintar solamente un muro, que sea como un acento, un punto focal”, dice Andrés. “Puede ser la cabecera de la cama de un color distinto y el resto de la pieza en algo neutro. O un baño de visitas, porque no se usa tanto, entonces es más fácil jugársela con un color”.
Usar el color como accesorio
“Cuando uno no tiene experiencia o no se atreve tanto, pueden servir los criterios que uno usa para la ropa, por ejemplo. Todos entendemos que hay ciertas cosas neutras, como los grises, el negro, o el cuero. Por ejemplo cuando uno usa una chaqueta de cuero, uno lo entiende como un no-color. Es fácil de combinar, entonces a eso uno le suma un detalle de color. Lo mismo se puede hacer en decoración.
El color se puede sumar en los accesorios, porque además eso permite cambiarlos más fácilmente. Puede ser en un cojín o en una pantalla de lámpara, que a veces se nos olvida que es un elemento importante y que además va tomando distintos colores dependiendo de la luz”.