Arquitectura

Con calma y en comunidad

Desarrollado por Room, estudio de diseño de interiores, este proyecto le saca partido a las materialidades frías para desarrollar un ambiente pulcro y sereno donde, vecinos incluidos, los espacios se viven disfrutando en comunidad.

Resguardada por verdes laderas, esta casa recién terminada necesitaba vestir el hall, living comedor y cocina, proyecto que los dueños encargaron a Room estudio cuya apuesta se centró en la luz natural y la amplitud del ambiente.

Partieron desde cero, cuando estaban en la última etapa de construcción. En un espacio de unos 60 m2 aproximadamente muy prolijo, puro y amplio, como cuenta Nicole Delisle, socia fundadora de Room,  “Aprovechamos el open concept de la casa; cómodo, de buen flujo, e incorporamos detalles decorativos, obras de arte y mobiliario principalmente de madera”.

Con el hormigón y el mármol de telones de fondo, materialidades más bien frías, el proyecto de interiorismo se decantó por aportar las notas de calidez a través de elementos recurrentes como “la madera, sus diferentes texturas y tonalidades; plantas, fibras naturales, formas orgánicas, que otorgan ritmo, acompañan y resaltan este escenario”, explica la decoradora.

Se escogió basalto y piedra de río, lámparas de cerámica para el comedor, distintas maderas como lenga y encina para el mobiliario y en las telas, linos y cueros; alfombras de D’Turkia y  cortinas de Delfina Interior.

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“En general para los espacios comunes uso una paleta neutra, y para este proyecto cuya  base eran materialidades frías quise acompañarlo más que contradecirlo: colores crudos, tierra, verdes, y contrastes con elementos en negro, que mantuvieran la esencia calma del espacio, pero dándole más calidez”, cuenta.

La idea era que las formas, colores, texturas y materiales pudieran entremezclarse creando un espacio “donde ninguno fuera protagonista … solo quienes lo viven”, explica Nicole.

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En Modo Condominio Propio

Y quienes lo viven son una familia, un matrimonio de emprendedores cercanos a los 42 años con 4 niños. Se describen como buenos para hacer asados, para invitar a almorzar hasta tarde, incluidos niños y vecinos. “Tenemos harta vida de condominio y somos todos buenos para el fútbol, chuteamos en el jardín, yo incluida”, cuenta la dueña. “Somos buenos para hacer outdoor, así que nos encantó que el cerro (El Zorro), estuviera tan encima. Los niños lo suben y bajan todo el día, con amigos, mientras nosotros parrillamos en el jardín”.

De ahí que los espacios más recurrentes de la casa sean la cocina, el comedor y el living que se conecta al jardín y al aire libre gracias a los amplios ventanales.  Es donde más tiempo pasan con la familia, al igual que el “family room”,  con un cómodo espacio para la Tv, juegos y actividades grupales.

“La idea surgió durante la pandemia, nos explica.  “Todos encerrados, obligados a hacernos amigos…nos hicimos amigos de los vecinos del condominio en que vivíamos antes y de ahí nació este proyecto”, un terreno que compraron entre todos, en el que construyeron su propio condominio conformado por cuatro casas.

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