“El lugar fue el que nos juntó”, dice el arquitecto Jorge Manieu al contar sobre los inicios de la oficina WMR Arquitectos (@wmr_arquitectos), que fundó junto a Felipe Wedeles, y que se ha hecho conocida por los proyectos residenciales en las comunas de Navidad y Litueche.
Aunque Felipe y Jorge fueron compañeros en la Universidad, no eran grandes amigos. Pero después de salir, se reencontraron en la región de O’Higgins. “Cada uno estaba buscando su lugar para jubilar, a los 20 años. Era la sensación de encontrar el lugar donde uno se quería instalar y después de eso descubrir qué es lo que queríamos hacer”, recuerda Jorge.
Casa en Boyecura, Foto Sergio Pirrone
Fue en esa búsqueda, a principios del 2000, que coincidieron. “Sin buscar ser rupturistas ni nada, rompimos un esquema al venirnos a vivir acá, sobre todo en esos años. Era algo que en esa época no pasaba mucho. Y hoy lo que hemos construido es que entendemos bien los lugares rurales y también entendemos bien lo que quieren nuestros clientes, nuestros mandantes”, explica Felipe.
Casa en Boyecura. Foto Sergio Pirrone
A la dupla se sumó también la arquitecta Macarena Rabat, que hoy es parte integral de WMR Arquitectos. “Entre los tres nos vamos complementando, porque todos pensamos diferente. Si nos pones en una mesa a elegir tres cosas, cada uno va a elegir una distinta”, dice Wedeles.
¿Qué es lo que les gustó tanto de esa zona? “Yo creo que sigue teniendo el mismo atractivo y es que estar acá es como estar en un parque nacional. Estamos aquí colgando en unos acantilados. Es una sensación como de Jurassic Park, de algo secreto, algo que está totalmente inexplorado todavía. Tiene una riqueza natural impresionante”, explica Jorge.
Foto Cristóbal Palma
Y no tiene que ver solo con la geografía. “Lo que pasa acá en esta zona y que se extiende bastante más al sur que Pichilemu, y que creo que hay muchos lugares en Chile que lo tienen, es que la misma geografía te desacelera”, complementa Felipe.
Casa en Puertecillo,. Foto Sergio Pirrones
Así, a otro ritmo, han construido más de 400 casas, de todas las escalas. Desde proyectos que regalaron a los vecinos después de los incendios que afectaron la zona, hasta casas “muy sofisticadas, muy grandes o muy complejas”, como explican. Fueron los creadores del hotel Surazo, una obra importante para la oficina y también para la región. “Que tenga los árboles cruzando entre medio es una señal: valora, respeta tu entorno”, dice Felipe.
Para los arquitectos de WMR, el entorno es el protagonista en sus proyectos. “Nos gusta mucho involucrarnos en el terreno, pasamos muchas horas al principio entendiendo el lugar. Idealmente ir casi a acampar al lugar para entenderlo bien y vivirlo”, explica Jorge.
Casa Ladera. Foto Cristóbal Palma
En la Casa Silberstein, por ejemplo, hay cuatro patios orientados en todas las posibilidades de los vientes. “Entonces es una casa que siempre tiene un espacio exterior que está protegido correctamente según el día”, explican. Otro proyecto interesante es la Casa Triángulo. “Esta casa se arma en torno a tres fuegos: el quincho, la chimenea y la cocina; ahí se forma este triángulo que tiene un patio interior protegido del viento. Esa casa refleja harto la forma de pensar en la parte del partido general, que le decimos nosotros, que es el cómo armar un proyecto”, cuenta Jorge.
Cerca del 90% de las obras hechas por la oficina son proyectos residenciales, para clientes que, como ellos mismos explican, buscan una casa buena, que perdure en el tiempo. “Nuestros clientes buscan la experiencia que tenemos nosotros y también son personas que les gusta la arquitectura, que le de honor a su entorno. Cuando hay gente que tiene esa sensibilidad y esa energía, es el cliente donde más vibramos”, dice Felipe.
Casa Puertecillo. Foto Sergio Pirrone
Casa Puertecillo. Foto Sergio Pirrone
Después de cientos de casas, ¿qué más les queda por hacer? “Lo que andamos buscando siempre son proyectos relacionados con el turismo. Estar detrás de todo el pensamiento de un parque, una reserva grande, es algo que nos gustaría mucho”, cuenta Wedeles. Ya lo hicieron en el Parque Neltume, donde crearon un recorrido de acceso universal y varios miradores. “Me gustaría meterme mucho más en eso y en la planificación de lo que es el turismo, a escala más grande. Tomar la Carretera Austral y desarrollarla bien, a nivel de lo que se ofrece turísticamente, cuál es el servicio. El poder formar parte de esa conversación, de cómo definir la calidad de lo que tiene que ser el turismo, y lograr que tenga un impacto a nivel regional, en el mundo”.
