La agenda de Mónica Oportot

La agenda de Mónica Oportot

Mónica Oportot es de esa gente que pareciera haber descubierto algo que para el resto de nosotros es desconocido. Con sus ojos calipso, su pelo rubio, el cuerpo de quien ha hecho del yoga una disciplina, la tranquilidad de quien medita constantemente y una personalidad que irradia luz, esta artista sabe que lo esencial para vivir está lejos, muy lejos, de la ciudad y sus quehaceres. En su casa en el Cajón del Maipo ha creado su refugio rodeado de árboles nativos, cerros, cóndores que sobrevuelan y la compañía constante del sonido del río. Todo lo que tiene son objetos regalados, llenos de significado, un resumen de su pasado, de sus viajes y de su gente. Su espitiru nómade la ha llevado a los seis continentes, a recorrer cientos de kilómetros a pie dando mensajes de paz, a hacerse amiga de loncos mapuches y monjes tibetanos.

La manera de entregar su arte es transmitir sus experiencias, ya sea a través de instalaciones, como la exposición que hizo en un faro abandonado en la Patagonia; las fotos con sus historias que publica mensualmente en la revista La Panera; o compartiendo su vida con quien sea. «Mi arte es lo que me está pasando, lo que estoy viendo».

  • Este buda me lo regaló una amiga. Representa la abundancia, la alegría de vivir, la fortuna de ser humano. Es un meditador con un estado de felicidad permanente.

  • Cada fin de año me llega de Londres esta carta con este mantra de protección. Me la manda el reverendo Nagase, un monje japonés que me apadrinó en el budismo. Con él nací a una capa de la realidad que desconocía. Tenemos una relación muy cercana.

  • Hago yoga todos los días, las más veces posibles. es una disciplina: la de mantener el cuerpo sano y flexible.

  • Mi mamá heredó esta manta de su padre alemán. Habla de cómo él supo reconocer el valor de la cultura mapuche con la cual tenemos muchos temas pendientes como país. es un ülmén makun (manta de noble) que tiene más de 100 años de antigüedad.

  • No hay nada que me guste más que esta vista al río. Desde mi taller oigo su sonido mientras medito, me tranquiliza…

  • Estas joyas son de Alex and Lee, de Nueva York, la gracia es que transforman cosas sencillas en objetos únicos. Se las cambié por un retrato, uno de los mejores que he hecho.

  • Tenía como 24 años y estaba llena de creatividad y de mucha fuerza para hacer retratos. Los intervenía con aerosol… Aquí tengo un turbante y la cara pintada.

  • Mensualmente escribo en La Panera, desde su primer número. Ahí cuento mis experiencias y muestro mis fotos. Es la vía más constante que tengo de entregar mi arte.

  • Estando en Caleta María de repente cayó un cóndor del cielo. Después de varios días fui a buscar sus plumas, le pedí permiso, y saqué algunas. Todos los chamanes tienen plumas de cóndor y sentí que era mi momento.

  • Este libro cuenta la historia del exilio del Dalai Lama. Estoy muy vinculada con la cultura tibetana. Es de Ragu Rai, un talentoso fotógrafo indio. Tuve la suerte de conocerlos a él y a quien escribió los textos: una inglesa a la que admiro mucho por su trabajo en India.

  • He estado yendo mucho a la Patagonia, es muy enriquecedor, la naturaleza manda, es el vacío total. uno de los lugares que más me ha marcado es caleta maría, una zona con un acceso dificilísimo, un lugar remoto, una historia de pioneros.

  • Mi amigo Benjamín García Huidobro me trajo este monje de piedra de Japón, tiene mucho significado para mí porque estuve un tiempo practicando meditación zen allá. Está ahí hermético, observante, cuidando...

  • He vivido con los últimos kawésqar en Puerto Edén haciendo un proyecto de arte. la máscara me la mandó de regalo Alfonso Cárcamo, quien tiene ascendientes de esta tribu. representa a Tanu, la protectora de las mujeres.

  • Mi amigo Tito Calderón me regaló este retrato un día porque sí, como un juego. El próximo año va a hacer una retrospectiva en el Bellas Artes por sus 25 años como artista.

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