Este departamento es uno de esos lugares en los que uno podría pasar horas mirando cada detalle y preguntando de dónde son las cosas. Dioses indios, chinos, budas, libros, fotos y pinturas son parte de la colección de recuerdos de viajes de Clara Gil. Acá todo tiene su historia: el flamenco de porcelana que hay en el comedor era un clásico de su abuelo, los elefantes tallados en mármol negro de la entrada se los trajo ella de la India, y la mesa de centro se la compró a un amigo que trajo muebles de China…
Sentada en el living, donde predominan los tonos verdes y morados, con cojines de terciopelo y seda, la decoradora nos cuenta que el color le da energía, que ama las flores, las plantas, las texturas, los diseños y los objetos.
“Soy ecléctica, me atrevo a jugar con diferentes estilos, procedencias y colores”, cuenta.
Siempre tuvo claro que lo suyo estaba por el lado de la estética, desde chica se dedicaba a cambiar su pieza, pintaba los muebles. “Mi mamá decoró los dormitorios de nosotros con la Josefina Prieto. Todo con florcitas, verde con rosado… Yo lo gozaba, lo miraba, lo disfrutaba demasiado y lo intervenía”, recuerda. Estudió diseño, tomó clases de fotografía y varios talleres de color y otros relacionados con el mundo de las artes.
Clara lleva varios años viviendo en este departamento ubicado en El Golf. “Me gusta la vida de barrio; comprar cerca si algo falta, salir a caminar, a tomarse un café con una amiga, las plazas, invitar amigos…”. Todos los espacios de este departamento fueron pensados por ella. Especialmente para vivirlos, es el lujo de hoy en día; eso es lo que busca transmitir a sus clientes…
La luz y la mezcla de colores es lo primero que llama la atención al entrar al departamento. La iluminación natural y las amplias vistas exteriores son tan privilegiadas, que sintió que los espacios comunes no necesitaban cortinas. Ella utiliza lámparas de distintos diseños para matizar un juego de luces, en diferentes tonos e intensidades regulables, que logran dar ambiente e intimidad a los distintos espacios. Por otro lado, en el living y comedor todas las paredes tienen pinturas de artistas como Carola Lepe, Bororo, Matías Vergara y Roser Bru, entre otros. Las flores frescas son muy importante para Clara, ya que para ella entregan sensaciones de hogar y vida a la casa.
Al decorar su departamento y también las casas de sus clientes usa mucho los muebles hechos a medida con materiales nobles (seda, lino, lana y algodón). La sutil mezcla que realiza, de maderas, telas y colores, marcan la identidad del estilo atemporal de esta interiorista, la cual transmite una acogedora naturalidad.
“Yo no decoro para que esto sea bonito por bonito. Atrás de todo eso hay un estilo de vida, de personas que quieren vivir mejor. Ese es el sentido de mi trabajo, yo creo que uno puede hacer un poco mejor la vida de las personas…”. Ella no cree en la decoración a la moda, sino en una atemporal, que represente el estilo de vida de las personas, cómo viven y cuáles son sus gustos. Cuando ellos aprovechan y disfrutan sus casas, Clara se siente totalmente con la “tarea cumplida”.