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Consejos para recibir el otoño en el jardín

Desde cambios en el color de las hojas hasta el endurecimiento de la madera, las plantas comienzan a prepararse para el cambio de estación. La agrónoma y jardinera Verónica Blackburn comparte algunos consejos para que esta transición sea amable con nuestros jardines.

Oficialmente llegó el otoño, una temporada en la que algunas plantas del jardín comienzan a cambiar y a prepararse para volver a brotar una vez que regrese el calor y los días más largos, mientras que otras encuentran en esta época las condiciones ideales para florecer. Si un jardín fue bien planificado, veremos en él esta dualidad que le permite mantenerse vivo durante todo el año.

Y si bien la naturaleza es sabia y entiende cuándo y cómo debe adaptarse, existen maneras en las que podemos optimizar estos procesos, lo que se hace más fácil si comprendemos algunos aspectos esenciales de las plantas.

La fisiología del otoño

“Las plantas pueden ver la luz sin ojos, incluso la visualizan mejor que nosotros. La mayoría detecta el cambio de estación a medida que la luz de primavera, que es más azul, evoluciona a una más roja con el correr de los meses. Esta transición genera un estímulo para que las plantas comiencen a formar una serie de cambios hormonales para prepararse al invierno”, explica Verónica Blackburn, agrónoma y jardinera, que comparte sus conocimientos en el Instagram @plantivista.

Uno de los cambios más evidentes es el cambio de color en las hojas, que van pasando de tonos verdes a amarillos y anaranjados. “Este es el proceso en donde comienza la descomposición de la clorofila – lo que le da el verde a las hojas – y una serie de elementos nutritivos comienzan a ser trasladados de la hoja senecente a la madera”, indica Verónica.

Otro evento importante es que las plantas leñosas comienzan a prepararse para el frío cubriendo de madera sus brotes nuevos y endureciendo la existente. Y acá es donde generalmente podemos observar un error común que generalmente ocurre por desconocimiento (aunque preferimos decir que es por un cuidado bien intencionado): la aplicación de nitrógeno para fertilizar. Verónica explica: “el nitrógeno es un elemento que estimula el crecimiento de nuevos brotes y hojas, inhibiendo la entrada en latencia – la suspensión temporal de este crecimiento por falta de condiciones óptimas para hacerlo -. Es como tomar un café espresso muy tarde cuando estamos cansados y necesitamos dormir”.

Es por eso que la agrónoma recomienda utilizar fertilizantes nitrogenados, y de entrega lenta, como Floranid, solo en el pasto.

De requerir nutrientes, señala que en esta época se pueden utilizar productos bajos en nitrógeno y altos en potasio, elemento que asegura un buen transporte de nutrientes desde las hojas hacia las ramas y raíces y viceversa en la primavera, algo importante sobre todo en árboles que florecen antes de brotar, como los prunus y magnolios. “Para el pasto y frutales, que tienen un mayor requerimiento nutricional  y que son lo único que fertilizo, recomiendo el Humato potásico de Chakrana .”

Riego

Y si bien en el verano el sol y el calor exigen riegos constantes, especialmente en el pasto, ante la baja de las temperaturas Verónica sugiere minimizar la frecuencia de los riegos sin reducir la cantidad de agua que usamos: “antes de que llegue el invierno hay que revisar los sistemas de riego automático: cambiar los regadores rotos, que su aspersión sea uniforme, que estén bien sectorizados y que no se pierda por agua escurrimiento.”

Poda

En esta época, se recomienda hacer podas de limpieza para eliminar flores marchitas o tallos secos. “Para plantas como gauras, salvias y verbenas que hayan tenido una fuerte floración en verano, sugiero despuntar y rebajar 1/3 para estimular las flores que vienen a lo largo del tallo”, indica la agrónoma.

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