Daniel Greve (@danielgreve), periodista de profesión y cronista gastronómico de pasión, empezó a escribir y a comentar de cocina y vinos en 1999 en diferentes revistas, blogs y programas de TV. Hoy es director de Emporio Creativo, productora y editorial gastronómica, dedicada a publicar libros, producir eventos y encuentros digitales a distancia y además es dueño de Black Bar, en el Casino Monticello.
Esta semana, nos recomienda sus lugares preferidos para comer fuera de Santiago, como una picada en Navidad y un restorán de nivel internacional en Puerto Varas. Además, el periodista comparte una serie de spots para visitar en Santiago.
Es lunes. Hay que partir con un café. ¿Dónde vas?
Me encanta un lugar que se llama Aligot, que está en Isidora Goyenechea. Son los mismos dueños del Baco, que es un gran bistró francés enfocado en el vino, pero este Aligot, aparte de hacer muy buenos almuerzos –tienen menús excelentes donde el protagonista es la guarnición: el aligote, un puré con queso muy típico de Francia–, hacen unos desayunos increíbles. Tienen muy buen café, muy buenos croissants, unas tostadas con palta que son increíbles y tienen un jugo de zanahoria, betarraga y manzana que es increíble para partir el día.
Te piden que lleves a almorzar a un extranjero que nunca antes ha estado en Chile. ¿Dónde lo llevas?
Primero, hay que aprender un poco de lo que quiere el extranjero. Por ejemplo, si quiere conocer un barrio más patrimonial, pensaría en un lugar más cerca del casco antiguo y lo llevaría a la Pulpería Santa Elvira que tiene una cocina muy interesante. Está en el barrio Matta, que se sale un poco también de esta inercia de los grandes restoranes en Vitacura, Las Condes o Providencia.
Si no, podría ser La Calma, que resume perfectamente bien el Océano Pacífico. Tiene una materia prima impresionante, está toda la cocina de Ignacio Ovalle centrada en el producto y no tanto en la técnica, a pesar de que obviamente maneja muy bien la técnica y es, por lo tanto, una vitrina hacia lo que somos ya que Chile es un país oceánico, es una vitrina muy bien dibujada y además la selección de vinos es increíble.
Tienes media hora para almorzar y un presupuesto escuálido. ¿Dónde vas y qué pides?
Si tengo media hora para almorzar, sin ninguna duda un sanguchito y en Santiago hay mucho dónde elegir. Yo creo que me quedo con La Fiambrería de Marcos Somana, que es un charcutero que tiene su fiambrería en el MUT que está buenísima y es muy al paso. Tú puedes literal hacer la fila (que a veces es larga, pero es muy ágil), te llevas tu sanguchito y vas comiendo en el camino. Eso funciona sí o sí.
¿Dónde te vas a tomar un helado y qué sabor/es pides?
Siempre igual: helado de pistacho en El Toldo Azul. Si no hay, me arranco.
Te llama tu mejor amigo/a porque quiere que le recomiendes un restorán para celebrar su aniversario. ¿Dónde lo mandas?
Uno de los restoranes más versátiles que conozco se llama Buriana, que también es de los mismos dueños de la pizzería Brunapoli, que es buenísima. Buriana tiene la gracia de que es un muy buen lugar para ir en pareja, un nuevo lugar para cerrar negocios y un muy buen lugar también para ir con la familia. Tiene ese guiño multitask que lo hace muy bueno. A pesar de que es muy grande, es muy cálido, tiene un lindo diseño, buen servicio y muy buena cocina. Entonces escoger una esquinita y tener un encuentro romántico no va a fallar.
Es un martes cualquiera y estás en el centro de Santiago. ¿Dónde almuerzas?
En el centro hay un lugar que me encanta que se llama D’leite, en la calle Bandera. Es por una parte un restorán carretillero, que le llaman, que es de cocina callejera peruana de corte criollo. Y en el segundo piso tiene una cocina distinta que es del mismo dueño, pero es una chifa, esta mezcla entre cocina china y peruana. Entre las dos esa es mi favorita, entonces subiría sí o sí al segundo piso del D’leite y me pediría un Aeropuerto, que es espectacular.
Un bar que no decepciona.
Un bar que no decepciona sin ninguna duda es el mío: el Black Bar dentro de Monticello, porque nos hemos preocupado de hacer una carta muy entretenida. Hay tres o cuatro cócteles que no están en ningún lugar de Chile, hacemos muy bien los clásicos y en un entorno apoteósico, o sea, es un bar grande, muy bien cuidado, con un escenario muy lindo y una pasarela donde llevamos a nuestros clientes a que les canten el feliz cumpleaños. Pasan muchas cosas al mismo tiempo y la carta de coctelería y el servicio son de primer nivel.
La torta que pides para tu cumpleaños.
Mi torta oficial desde hace muchos años la compro en La Berlín y generalmente voy cambiando, pero la de mil hojas con manjar es, diría yo, sandía calada.
Y, por último, un recomendado fuera de Santiago.
Recomiendo cuatro lugares del sur de Chile, partiendo por La Barquilla, una picada que está en La Boca, en Navidad, donde vas a probar el mejor pescado de roca de tu vida y, además, una ensalada chilena, sobre todo en verano, increíble, con un tomate vivo, de verdad.
Cerca de ahí, en Matanzas está el Surazo (en las fotos), que tiene una vista irrepetible, está en la playa misma y se está comiendo muy bien y con un lindo ambiente, buen servicio y buena cocina.
Luego, el Pavilion, que está dentro de la Viña VIK que ya es un restorán de paso, muy serio, pero que tiene una gracia: gran parte de lo que cocinan viene de su huerta, una huerta orgánica que está ahí mismo en el campo y, por lo tanto, tiene una trazabilidad absoluta, la calidad a toda prueba y un frescor inigualable.
Finalmente, un lugar que me encanta que se llama Oxalis, está en el camino a Ensenada, y hacen una cocina regional, deliciosa, muy técnica. El chef tuvo su paso por el restaurante Osaka, se formó con Ciro Watanabe y, por lo tanto, tiene mucho oficio y es un restorán que de verdad siempre sorprende.