Hace rato que las visitas a las viñas dejaron de ser solamente una parada en su tienda de vinos. Hoy el enoturismo es un tema fuerte, que crece año a año y que incluso es celebrado en los Premios Enoturismo de Chile, que ya van en su segunda versión.
Además de la posibilidad de conocer viñedos y bodegas y conversar con los expertos que dan vida a los mejores vinos de Chile, hoy las viñas van un paso más allá, creando experiencias inolvidables, donde realmente se puede conocer a fondo la cultura viñatera.
Aquí, un recorrido por algunas de las que están marcado la diferencia.
Santa Rita
En la zona precordillerana de Alto Jahuel, en el Valle del Maipo, la viña Santa Rita está inserta en un entorno patrimonial único, donde se une la tradición vitivinícola, la cultura, la gastronomía, la naturaleza y la historia de Chile.
De hecho, es una de las bodegas de vino más antiguas y con mayor tradición de nuestro país: recibió las primeras importaciones de cepas finas francesas en 1880, y desde entonces ha sido reconocida mundialmente. Y ese reconocimiento no ha llegado solo por sus vinos, sino también por su aporte constante al enoturismo. La Organización Mundial del Enoturismo destacó a Viña Santa Rita como la Mejor Vivencia Enoturística Responsable del mundo y en 2022 fue elegida la Mejor Experiencia Enoturística de Chile en los Premios Enoturismo, iniciativa organizada por el programa Enoturismo Chile de Corfo.
En la viña tienen ocho experiencias, que van desde las más clásicas, como un recorrido por sus viñedos y una degustación, hasta otras muy novedosas, como el paseo en carruaje. Aquí el recorrido se hace en un coche de caballos a través de los jardines centenarios, los baños romanos y la impresionante capilla neogótica, y termina con tres copas de vino en el Jardín Doña Paula y la posibilidad de visitar el Museo Andino, de la Fundación Claro Vial.
Otra opción es el Pedal Bar Tour, el primer carro bar de Chile. La idea de este tour es descubrir el parque centenario de 40 hectáreas, declarado Monumento Histórico, y conocer las destacadas esculturas que están distribuidas a lo largo del parque.
En Instagram, @santaritawines
Lagar de Codegua
A 78 kilómetros del sur de Santiago y en uno de los pueblos más antiguos de Chile se encuentra la viña familiar boutique Lagar de Codegua. Ahí, a los pies de la Cordillera de los Andes, en la antigua hacienda La Leonera, en la puerta de entrada al conocido Valle de Cachapoal, lo primero que llama la atención es la antigua casona colonial de la hacienda.
Para aprovechar este entorno privilegiado, en la viña tienen varias opciones de recorridos. Todos empiezan con una visita al viñedo de Codegua, para conocer su suelo aluvial característico, y luego se pasa a la bodega de vinificación donde los visitantes pueden entender cada parte del proceso y conocer la sala de barricas.
Finalmente, el paseo termina con la degustación de tres vinos de sus líneas Lagar, Codegua o Iconos, acompañada de una tabla de frutos secos, quesos y agua mineral.
En Instagram, @lagarwines
López Pangue
En un entorno natural que sorprende, lleno de bosque nativo, está la viña López Pangue. “Nos han dicho que El Pangue es el paraíso de los enólogos, por la gran variedad de cepas, suelos y orientaciones, todo en pequeños cuarteles”, dicen desde la viña. Es que este pequeño valle en los cerros de la Cordillera de la Costa, entre Curacaví y Casablanca, tiene un microclima de influencia costera que permite que las uvas maduren lentamente.
Conocido también por sus lavaderos de oro, El Pangue es hoy el lugar donde la familia López -que compró el terreno en 1984 y empezó con el proyecto de la viña en 2010- se ha dedicado a reivindicar este valle escondido. “Queremos aumentar la dignidad de El Pangue, que su gente sienta orgullo de este lugar hermoso y de sus vinos de alta calidad”, cuentan.
Para eso, las experiencias de enoturismo han sido clave. Aquí todos los tours son privados y tienen opciones bien distintas, como la posibilidad de llegar a la cima que divide los valles de Maipo y Casablanca a bordo de un buggy o recorrer los viñedos en una carruaje tirado por un caballo. También tienen almuerzos con maridaje de tres tiempos y, por supuesto, degustaciones.
En Instagram, @lopezpangue_cl
Viña Ravanal
A sólo dos horas de Santiago, junto a la Iglesia, en pleno centro de la localidad de Placilla, está la viña Ravanal. Ahí está su bodega original de más de 100 años de antigüedad, que fue habilitada para dar vida a un espacio extraordinario y lleno de detalles para los amantes del vino.
Y si hay algo que distingue a esta viña son sus experiencias. Al visitarla se puede, por ejemplo, crear un vino completamente propio. “Esta experiencia, que promete desatar tus habilidades enológicas y sacar a relucir tu creatividad, se ha convertido en una de las actividades más destacadas de Viña Ravanal”, cuentan.
La idea es que los visitantes que eligen esta experiencia, puedan ser parte de todo el proceso: desde la elección de las cepas hasta el diseño de la etiqueta. ¿El broche de oro? Al terminar, cada grupo presenta su creación al enólogo de la viña, quien elige (¡y premia!) la mezcla ganadora.
Otra opción es la Sinfonía de Sabores, un almuerzo de tres tiempos hecho con ingredientes provenientes de agricultores locales. Cada plato, por supuesto, es maridado con vinos de Viña Ravanal. “Es una experiencia orquestada con maestría que invita a los participantes a sumergirse en un mundo de placer y sofisticación, donde cada nota de sabor se convierte en un viaje inolvidable”.
En Instagram, @vinaravanal
Viñedos Orgánicos Veramonte
Reconocidos por su filosofía orgánica y biodinámica, Viñedos Orgánicos Veramonte se encuentran en dos de las más reconocidas apelaciones de Chile: Casablanca, perfecta para vinos blancos y clima frío, y Colchagua, para los tintos. “Seguimos prácticas orgánicas y sustentables porque creemos que es la única forma de tener viñedos sanos y expresivos, que trascienden en el tiempo y entreguen fruta pura y vinos que reflejen los suelos vivos de donde provienen”, dicen desde la viña.
Aquí todos los campos son manejados orgánicamente, siguiendo prácticas que aseguren las mejores condiciones para el desarrollo de las parras.
También han puesto especial cuidado en la creación de experiencias de enoturismo únicas, que los han hecho ganadores de varios reconocimientos, como el Premio de Enoturismo 2023 en la categoría mejor tour del Valle de Casablanca por su experiencia Emblema de los 3 valles.
Otras opciones son el programa Bicicleta por los suelos de Casablanca y Picnic, al que incluso se puede ir con mascotas. Para los niños que acompañan a los adultos a vivir estas experiencias, está el programa Descubriendo los Sentidos, donde aprenden sobre la filosofía sustentable de la viña, del campo y su entorno.
En Instagram, @vinedosveramonte