En la década del 80, su papá tenía una pescadería en Apoquindo. Luego, hace 42 años, fundó el restorán La Tasca de Altamar en Las Condes, donde más tarde también se sumó su mamá. La vida de Karen Oettinger ha estado marcada por este local, que nació cuando ella tenía solo 10 años. Desde su infancia, nunca se ha alejado de la cocina.
“En mi casa siempre se cocinó muy bien y veía a mi mamá preocupada de poner bien la mesa y atender. En el local yo siempre ayudaba. Heredé el gusto por cocinar y atender, pero lo puse en práctica ya viviendo sola”, cuenta Karen.
Ingeniera comercial de profesión, se sumó a la administración del restorán familiar tempranamente. Luego se casó y por el trabajo de embajador de su marido, estuvo varios años fuera de Chile. “Pese a que vivía lejos, siempre estuve involucrada”, cuenta. Pero en 2022, ya de vuelta y junto a su hermana Andrea, decidieron liderar La Tasca.
Habla con pasión del restorán y desde marzo de este año oficialmente está a cargo de la administración y el manejo comercial del local. “Conozco el restorán de toda la vida, me encargo desde comprar el pescado, veo las redes sociales hasta las finanzas y nunca me he podido alejar”, cuenta.
Su vida, un viaje culinario
Casada con Juan Salazar, ex embajador de Chile en Australia, Nueva Zelandia, Bélgica, Dinamarca y Francia, le tocó conocer de cerca la cultura culinaria de múltiples países. “Tuve que aprender a cocinar de protocolo para poder recibir. En Nueva Zelanda aprendí de cocina asiática y en Bélgica, de cocina tradicional francesa”, dice.
Su bagaje culinario la llevó a escribir junto a una periodista danesa el libro Det sydamerikanske køkken (La Cocina Sudamericana, en español) en 2017, con recetas como tortilla de quinoa, caldillo de choritos, pastel de choclo y ají de gallina, entre otros.
Su casa, su cocina
Vive en la misma casa desde que se casó, solo la ha dejado por el trabajo de su marido. Se trata de un diseño del arquitecto Francis Pfenniger, al interior de un condominio familiar, en Las Condes. Un verdadero oasis en medio de la ciudad. Ahí el centro es la cocina, la que se remodeló hace un par de años.
“Mi casa es bien ecléctica, tengo muchas cosas heredadas de los abuelos de mi marido y cosas que nos trajimos de los viajes”, cuenta.
En la cocina cambió las cubiertas, el piso, pintó las puertas e instaló nuevos tiradores, lo que le dio un nuevo aire al espacio. Además, hizo un mueble para separar el lavadero.
Ahí es donde suele cocinar los fines de semana, sobre todo productos del mar. “Tenemos 4.500 kilómetros de mar, hay que acercar el producto. En el restorán siempre estamos tratando de que el precio no sea tan elevado. Ojalá que en Chile comer pescados y mariscos no sea un lujo”, sentencia.
Sus favoritos
Lo que no puede faltar en tu cocina
“Sal gruesa, huevos y productos distintivos como un rico aceite de trufa”
Comida favorita
“Como de todo, pero los mariscos en todas sus preparaciones y un tártaro bélga que se aliña con vinagre”
Un buen dato
“Los erizos de Jean Pier Brunett, que los trae desde Caldera ($15 mil el medio kilo en @bahiasalado) y el ají cacho de cabra de Kimey-Trapi, el único fresco crudo, molido en un molinillo con aceite de oliva y sal que conozco ($6.000, +56 9 8900 1241). También me gusta la tienda ICB Food en Las Tranqueras para comprar productos importados y delicatessen”
Qué probar en La Tasca
“Es un restorán que sigue en el tiempo, gracias a su calidad y servicio. Una cocina chilena de mar, el chupe de loco no tiene leche de coco. El protagonista es el producto. Tenemos camarón de río, puyes, picorocos, pejerreyes, productos que no se encuentran en cualquier lugar”.
Sus recetas
Además, Karen nos compartió cuatro preparaciones para darle nuevos aires a los productos del mar.