Hoy se anunció que el ganador del Premio Pritzker de Arquitectura 2024 –considerado como el máximo galardón de la arquitectura– es el arquitecto Riken Yamamoto, de Yokohama, Japón. El galardón, que el año pasado había sido entregado al arquitecto inglés Sir David Alan Chipperfield, reconoce la conexión que tienen su obras con la sociedad y su capacidad de crear conciencia en la comunidad, logrando un valor social con cada proyecto.
“Yamamoto desarrolla un nuevo lenguaje arquitectónico que no se limita a crear espacios para que vivan las familias, sino que crea comunidades para que las familias vivan juntas”, afirma Tom Pritzker, Presidente de la Fundación Hyatt, que patrocina el premio. “Sus obras están siempre conectadas con la sociedad, cultivando la generosidad de espíritu y honrando el momento humano”.
Profundo defensor de la vida comunitaria, Yamamoto afirma que el valor de la privacidad se ha convertido en una sensibilidad urbana, cuando en realidad los miembros de una comunidad deben sostenerse mutuamente. Define la comunidad como un “sentido de compartir un espacio”, deconstruyendo las nociones tradicionales de libertad y privacidad, al tiempo que rechaza las condiciones arraigadas que han reducido la vivienda a una mercancía sin relación con los vecinos.
En su lugar, tiende puentes entre culturas, historias y ciudadanos de varias generaciones, con sensibilidad, adaptando la influencia internacional y la arquitectura modernista a las necesidades del futuro, permitiendo que la vida prospere. “Para mí, reconocer el espacio es reconocer a toda una comunidad”, afirma Yamamoto. “El enfoque arquitectónico actual hace hincapié en la privacidad, negando la necesidad de las relaciones sociales. Sin embargo, aún podemos honrar la libertad de cada individuo mientras convivimos en el espacio arquitectónico como una república, fomentando la armonía entre culturas y fases de la vida”.
Para el arquitecto chileno, ganador del Pritzker 2016 y presidente del jurado, Alejandro Aravena, Yamamoto es un “arquitecto tranquilizador”, capaz de aportar dignidad a la vida cotidiana. “Una de las cosas que más necesitamos en el futuro de las ciudades es crear condiciones a través de la arquitectura que multipliquen las oportunidades para que las personas se reúnan e interactúen. Al desdibujar cuidadosamente la frontera entre lo público y lo privado, Yamamoto contribuye positivamente más allá del encargo para hacer posible la comunidad”, explicó.
Su carrera se ha desarrollado a lo largo de cinco décadas y sus proyectos, que abarcan desde residencias privadas a viviendas públicas, desde escuelas primarias a edificios universitarios, desde instituciones a espacios cívicos y planificación urbana, están repartidos por todo Japón, China, Corea y Suiza. Entre las obras construidas más significativas figuran la Universidad Zokei de Nagoya (Nagoya, Japón, 2022); The Circle, en el Aeropuerto de Zúrich (Zúrich, Suiza, 2020); la Biblioteca de Tianjin (Tianjin, China, 2012); Jian Wai SOHO (Pekín, China, 2004); Ecoms House (Tosu, Japón, 2004); Shinonome Canal Court CODAN (Tokio, Japón, 2003); Future University Hakodate (Hakodate, Japón, 2000); Iwadeyama Junior High School (Ōsaki, Japón, 1996) y Hotakubo Housing (Kumamoto, Japón, 1991).