Casa Mauco fue concebida para integrarse al paisaje y convertirse en el marco de los recuerdos y tesoros de sus dueños, una pareja amante de las antigüedades.
El proyecto, liderado por el arquitecto Cristóbal Noguera en colaboración con el estudio Abarca Palma, enfrentó el desafío de emplazar la casa en un terreno donde el 70% es bosque y humedal. La estructura —con sus grandes ventanales—, ofrece vistas despejadas desde el living hacia el lago Llanquihue y el volcán Osorno, mientras que la pieza principal se orienta hacia el bosque, logrando una conexión visual en todos los espacios.
“El encargo vino de una pareja compuesta por una veterinaria, que trabaja para una ONG de conservación de aves, y un arqueólogo, profesor universitario y cineasta. Su interés siempre fue preservar el bosque y darle valor. Además, los muebles y recuerdos fueron cruciales en el diseño: la casa se pensó para los objetos”, explica Noguera.
La distribución considera amplios espacios comunes, habitaciones para las dos hijas, una oficina y una pieza de invitados. La cocina integrada, diseñada por Winka Wood Worker, y un taller exterior.
Madera y recuerdos
La casa, de 260 m², se construyó completamente en madera, usando un sistema de paneles pre fabricados SIP. Los pisos de madera reciclada incluyen especies locales como ulmo, mañío y laurel, mientras que los revestimientos de pino oregón, tratados con aguada blanca, destacan en los interiores. Esta calidez sirve de fondo a los objetos únicos que sus dueños coleccionaron en Valparaíso, muchos provenientes de ferias y anticuarios.
En la entrada, un gran mueble exhibe antigüedades como máquinas de escribir, maletas y televisores antiguos. El living cuenta con un librero de gran tamaño, contrastado por un sofá rojo, y sobre las ventanas descansan pequeños recuerdos como botellas, enlozados y muchas plantas de interior.
“Es una casa de materiales nobles, completamente en madera, con una arquitectura que privilegia la relación con el exterior. Los grandes ventanales aportan esa conexión y la calidez propia de la madera”, concluye el arquitecto.
El diseño de Casa Mauco también considera un sistema de manejo de aguas residuales mediante biofiltros de plantas, alineado con el ecosistema del humedal, en una integración completa entre construcción y paisaje natural.
El taller
La familia también posee una valiosa colección de herramientas vintage, como serruchos, escuadras y martillos antiguos. Para destacarlas el arquitecto proyectó un taller exterior, donde cada pieza tiene su lugar de exhibición.
La arquitectura en el sur
Radicado hace nueve años en Frutillar, Noguera se ha especializado en casas en el sur de Chile y desarrollando infraestructura para parques Nacionales o áreas de conversación, como el Parque Nacional Alerce Andino o el Parque Nacional Conguillío A su juicio, la clave está en trabajar con el clima, preocupándose del agua, de la humedad y de hacer una vivienda eficiente térmicamente.