Arquitectura

En Frutillar, una casa familiar pensada para el clima del sur de Chile

Este proyecto, de la oficina de Carola Letelier y Angie Chadwick, se abre y se levanta hacia las vistas del lago Llanquihue y del volcán Osorno.

Durante la pandemia los dueños de esta casa dejaron Santiago para instalarse en Frutillar. Enamorados de la ciudad, al año ya se habían comprado un terreno en un loteo nuevo y decidieron construir una casa para su familia. Para eso, llamaron a las arquitectas Carola Letelier y Angie Chadwick, de la oficina Apio Arquitectos, expertas en proyectos residenciales, con casas en Calafquén, Pichilemu, Santiago y Pirque, entre otros.

“No queremos la clásica casa con techo a dos aguas”, fue una de las primeras cosas que le dijeron los dueños de casa a las arquitectas cuando empezaron a trabajar en el proyecto. “Querían algo más contemporáneo, con un lenguaje distinto. Por eso hicimos una casa que se abre y se levanta hacia las vistas del lago y del volcán”, cuentan. 

El programa de la casa está compuesto por dos módulos interconectados por un corredor vidriado, donde en el primer módulo está todo el programa público, con cocina, comedor, lavandería y quincho, y en el segundo módulo están los dormitorios.

Uno de los objetivos de las arquitectas fue intervenir lo menos posible el terreno, que está en un loteo lleno de corredores biológicos y áreas verdes. Entonces decidieron hacer una plataforma metálica sobre la que se posa la casa, separada de la vegetación del lugar. 

Además, la casa tenía que estar pensada para el clima del sur de Chile. “Los dueños de casa nos decían que les gustaba invitar amigos, y poder parrillar aunque esté lloviendo, por ejemplo. Entonces pensamos en un lugar flexible para la lluvia, donde puede haber mucha gente, pero también es acogedor para ellos solos como familia”, cuentan las arquitectas. “En el fondo, pensamos en áreas comunes muy generosas, que además tengan áreas separadas pensando en los niños”. 

Otro espacio que era muy importante para los dueños de casa era la cocina. “Querían que la cocina fuera parte de la casa, que fuera un espacio muy acogedor. Por eso incluimos una banqueta para leer en una esquina de la cocina y un gran mesón isla”, cuentan. Ahí no solo cocinan, también se ha convertido en el espacio para hacer tareas y en el centro de la casa. 

Una de las características de la oficina de Carola y Angie es la preocupación por el diseño interior. “Nosotros diseñamos tanto desde afuera, como desde adentro. Entonces también diseñamos los muebles de cocina, de lavandería, el mueble en obra del living”, cuentan. “Siempre hacemos los muebles pensando en la calidez y en las formas de vivir”.  

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