Arquitectura

En Punta de Lobos: Una casa pensada de principio a fin para practicar surf

LKDM Arquitectos estuvo a cargo de este proyecto, que más que un segunda vivienda en la playa, fue construida para vivir al máximo esta práctica deportiva.

Los dueños de esta casa, construida entre los años 2023 y 2024, eran asiduos visitantes de Pichilemu, principalmente por su amor al surf. Es por eso que se acercaron a LKDM Arquitectos para encargarles un proyecto de segunda vivienda en el sector de Punta de Lobos, zona declarada hace unos años como Reserva Mundial del Surf y así poder practicarlo y disfrutar de este balneario de forma más permanente. 

“Habían dos grandes objetivos: por un lado el cumplir las diversas necesidades de la familia y su pasión por el deporte acuático, y por otro lado responder a las condiciones del lugar, un sitio a pocos metros del mar pero sin gran vista a nivel de primer piso, por lo tanto el proyecto debía generar atmósferas diversas y evocadoras al entorno marino en el que se emplaza la casa”, explica Mauricio Lama, arquitecto encargado junto a su socio Rubén Díaz.

Por lo anterior, el equipo tuvo no solo que analizar temas de arquitectura y terreno en sí, sino que estudiar cómo la familia practicaba el deporte. “Por ejemplo a primera hora en la mañana ellos observan las olas desde lo alto, por lo que se emplazó un deck mirador para ello”, cuenta el arquitecto.  Para responder de manera fácil y práctica al sacado de la indumentaria del surf,  salir al encuentro de las olas y el circuito de vuelta a la casa, con duchas para sacarse la salinidad y arena de encima, junto con la limpieza de trajes y el mantenimiento y guardado de tablas, se emplazó un patio de surf y bodegas conectado a la calle, que colinda y se integra a la última etapa del recorrido diario: los espacios recreativos, las terrazas, fogón, hot tub, quincho y un estar-comedor-cocina integrados,  siendo este eje el lugar favorito de interacción familiar después de volver del mar. 

Para evocar ambientes marinos, en el primer nivel se incorporaron dos patios interiores más dos terrazas que se abren hacia la playa y a la vez a la luz norte, creando una caja de resonancia de las olas para tener siempre presente la cercanía y el olor del mar en los espacios intermedios como corredores y terrazas cubiertas, y también, con un alto ingreso de luz natural.  Éstos últimos cuentan con buena ventilación y vistas al jardín con plantas tanto endémicas como naturalizadas que generan una importante conexión con la naturaleza en las distintas estaciones del año. El paisajismo estuvo a cargo de Flora Paisajismo

La fachada de la casa hacia la calle es hermética, con un gran muro con el fin de controlar el viento, bastante fuerte en la zona, y  que así éste no afectase a los espacios exteriores. La entrada cerrada contrasta con el hall de entrada, que expone el eje de conexión visual, por medio de los patios interiores, pudiendo ver a través de ellos los diversos espacios y jardines evocando la soltura y liviandad que se buscaba en esta casa de playa relajada y descontracturada.

Esta unión a la vista entre patios, jardines y terrazas se debe a que como es una casa para uso de vacaciones, se buscó que las distintas áreas comunes tuvieran bastante transparencia para que la familia pudiese siempre estar en contacto. En términos funcionales la vivienda se compone de un primer nivel con el ya mencionado espacio estar-comedor-cocina, zona de dormitorios en suite y un pequeño escritorio, terrazas  quincho integrado, logia y bodega. En el segundo piso se desarrollaron dormitorios con baños comunes para los hijos y sus amigos, zona que conecta por una escalera exterior al mirador para observar las olas, sobre las cubiertas en un tercer nivel. “Este segundo piso tiene un look de submarino, lo que la hace distinguible pero de forma discreta en su entorno, rodeado de casas con la fisonomía ya clásica de la zona, con  volúmenes simples en madera negra”, describe Mauricio. 

Los materiales fueron seleccionados para hacer un balance entre la madera/aislante en sus cinco fachadas, termo paneles hacia el norte y losas/radiantes de hormigón. Dado que la casa se utiliza habitualmente, los estándares de confort térmico y diseño bioclimático eran básicos: en las épocas de frío se calefacciona sola en días soleados, por lo que se reduce el uso de las chimeneas y a su vez en verano entre el diseño de los patios interiores (enfriamiento evaporativo), aleros y los sistemas de ventilación convectiva, el lugar se mantiene fresco, ventilado y en sombra,  haciéndola mucho más grata de habitar sin usar energía adicional.   

La decoración fue llevada a cabo por la misma dueña de casa, quien eligió colores neutros y muebles de formas simples con el fin de que los espacios y la luz dialogaran de forma armónica con el mobiliario, logrando hacerla el lugar soñado para pasar tiempo en familia y disfrutar la pasión por el deporte acuático.

 

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