No fue un encargo cualquiera: el Estúdio Rossi Arquitetos debía construir una casa de veraneo en una zona altamente turística, por lo que sus dueños querían aprovechar de contar además con un espacio para arrendar a quienes llegaran a disfrutar de las playas paradisíacas del lugar. Todo esto, manteniendo una identidad arquitectónica coherente en una sola unidad. El desafío, además, radicaba en el tamaño limitado del terreno, el que exigió una disposición optimizada que equilibrara funcionalidad y amplitud entre dos espacios diferentes.
Como uno de los requisitos era minimizar el impacto sobre el paisaje, y para respetar la vegetación existente, se implementó un sistema constructivo modular y liviano que logra integrarse de manera armónica con las abundantes palmeras que rodean esta casa, resultando en un equilibrio visual que también se extiende hacia la playa frente a ella. Y para llevar el paisaje al interior de los espacios se incorporaron amplios cerramientos de vidrio en toda la casa, obteniendo así vistas despejadas al mar y al bosque.


Aprovechando la topografía natural, se crearon accesos independientes para ambos espacios, a través de un diseño que al mismo tiempo logró maximizar la luz natural, la ventilación y la sostenibilidad. La selección de materiales fue clave para reforzar este punto, privilegiando maderas prefabricadas para lograr una mayor eficiencia en el uso de materiales y minimizar los residuos de obra. El uso de glulam -madera laminada encolada – permitiría asegurar resistencia ante la alta humedad del lugar, y supuso importantes desafíos para garantizar la estabilidad de su estructura. Y la madera de eucalipto laminada encolada certificada fue elegida por su alta resistencia mecánica, origen sostenible y disponibilidad local.
El pavimento de terrazo que se utilizó para el primer piso entrega durabilidad y fácil mantención, obteniendo una estética elegante que se integra armoniosamente con los tonos naturales de esta propiedad.
En el pabellón de la azotea se priorizó una máxima apertura que da la amplitud suficiente para las distintas actividades recreativas que ahí se pueden realizar, y para su construcción se utilizó una estructura metálica ligera, asegurando bajo peso. Además, se añadieron parasoles de madera en la fachada, los que cumplen una doble función: por un lado, actúan como filtro solar, y por el otro, entregan privacidad.
Esta casa en la costa norte de São Paulo es un gran ejemplo de que es posible integrar funcionalidad, sostenibilidad y responsabilidad con el medioambiente sin sacrificar diseño ni elegancia.