Las casas containers son cada vez más populares en el mundo y en Chile. Según el último informe de Container Houses Global Report, existe la tendencia de las llamadas tiny houses o casas pequeñas, lo que ha provocado un aumento del 38% de las ventas de contenedores marítimos. “Comenzamos hace cuatro años y desde esa fecha no hemos parado de trabajar, sigue en aumento la solicitud de este tipo de casas, en donde la gente busca algo con diseños modernos y sustentables”, explica David Ortega, de DOM House (@contenedoresdomhouse), fabricantes de casas contenedores en Calera de Tango.
Una casa contenedor se compone de una estructura metálica, rígida y compacta; una propuesta que nace cuando los containers marítimos quedan en desuso a causa de pequeños desperfectos, accidentes o por su uso cotidiano. De hecho, la vida útil de un contenedor es de 7 a 14 años.
Como han sido diseñados para almacenar y transportar mercancías, se produce una curiosa coincidencia y es que poseen una escala humana adecuada. En otras palabras, son perfectos para ser acondicionados como espacios habitables. Los contenedores utilizados suelen ser de 40 pies, que miden 12 metros de largo, 2,35 metros de ancho y 2,40 metros de alto, es decir, algo menos de 30 metros cuadrados. Lo habitual es combinar varios contenedores para aumentar la superficie útil.
Para convertirlos en espacios habitables, se hace una serie de modificaciones a la estructura metálica del contenedor. Felipe Concha, socio y CEO de ArqBox (@contenedores_arqbox), empresa con más de 14 años de experiencia que ofrece soluciones modulares, explica que transformar contenedores en viviendas puede ser desafiante. “El desafío es la necesidad de mejorar el aislamiento, realizar cortes y soldaduras precisas, montar instalaciones eléctricas y de gasfitería y abordar consideraciones estructurales”, explica.
La arquitecta Constanza Domínguez (@constanza_atelier) diseñó un proyecto, en conjunto con Plannea Arquitectura, de carácter urgente y circunstancial en Puchuncaví. La idea era instalar una bodega hecha con un contenedor reutilizado y para aprovechar el espacio habitable se agregó un segundo módulo.
En el interior, Constanza dispuso un dormitorio, un espacio común y un baño. Estos dos containers están conectados por una gran cubierta, lo que produjo un espacio abierto y multipropósito: es una casa que se extiende y en ciertas horas del día se transforma en un taller artístico, en home office, sala de yoga y un box de crossfit. “En un inicio era provisoria, pero resultó que se quedó para siempre. Es un lugar que invita a vivir de manera más simple, libre y ligera”, explica Constanza.
Ventajas y desventajas de convertir un container en casa
Desde que se empezaron a fabricar los containers, aparte de su uso principal como elementos para transporte, han sido reutilizados para desarrollar otras funciones, como viviendas, estudios, oficinas, quinchos, entre otros. El motivo principal de ello es la versatilidad, movilidad y resistencia que ofrecen y lo que provoca que cada vez más personas se vayan sumando a explorar este tipo de hogares.
Las principales ventajas de este tipo de construcción es la rapidez de construcción, la reducción de costos y la optimización de materiales, ya que en la práctica se puede partir con un proyecto mucho más pequeño que la versión final deseada, y que se puede expandir a medida que se requiera, simplemente incorporando módulos o contenedores a la casa según sea la necesidad.
Así lo explica Gabriel González, de la empresa Container World Soluciones (@containerworldsoluciones), que en un principio trabajaba sólo con contenedores marítimos, y hoy también incorporó dentro de su catálogo las soluciones modulares. “Nosotros construimos desde cero. Básicamente los clientes tienen la posibilidad de desarrollar su proyecto personal como si fuera un juego Lego, desde las planchas de acero plegadas hasta los pilares”, dice.
Otro punto a favor es que se pueden instalar en casi cualquier lugar. La eliminación de restricciones, en términos de ubicación, permite a los propietarios explorar múltiples opciones, ya que no están confinados a solamente la ciudad, pueden ser transportados y cambiados de lugar dependiendo del estilo de vida de la persona que lo vaya a utilizar. Este aspecto brinda la posibilidad de establecerse en entornos naturales y alejados, proporcionando una experiencia de vida más cercana a la naturaleza.
En el caso de Constanza, su proyecto tiene un mínimo de impacto ambiental, ya que se utilizaron elementos dados de baja del mundo industrial y del mundo agrícola, como los pallets de frutas para los muebles y el contenedor marítimo.
Algunas desventajas de este tipo de construcciones son la necesidad de examinar la estructura estrecha del habitáculo, ya que la altura promedio varía entre los 2,40 a 2,70 metros, la necesidad de adaptar el proyecto arquitectónico a las dimensiones pertinentes del contenedor, establecer un refuerzo estructural y hacer un mantenimiento constante, sobre todo ante la corrosión, lo cual se verá fuertemente influenciado en zonas con ambiente salino.
“A algunas personas no les gustan este tipo de casas debido a preocupaciones estéticas, percepciones sobre su durabilidad y desconocimiento de sus beneficios, además de la falta de familiaridad y la preferencia por métodos de construcción tradicionales. Educar sobre las ventajas y mostrar ejemplos exitosos nos hace ganar espacio en el mercado nacional”, explica Felipe Concha.
Una casa container en Maitencillo
A pasos de Maitencillo, en un entorno natural y rodeado de bosques, se encuentra el segundo proyecto realizado por Constanza Domínguez y Plannea Arquitectura, llamado Casa Templo, donde se fusionaron dos contenedores para dar forma a un amplio loft-taller, concebido y construido durante la pandemia.
El diseño buscaba potenciar el espacio habitable de la vivienda, por lo que se duplicó el ancho de los módulos para generar un efecto más acogedor y moderno. Además, las planchas metálicas cortadas al fusionar los contenedores se reutilizaron como puertas.
«Al ser un container que no se puede volver a utilizar como cargamento marítimo termina básicamente como un desecho, entonces al convertirlo en un espacio habitable se puede transformar y hacer sustentable a largo plazo», añade Constanza.
Contiguo a este espacio, se construyó un radier de dimensiones similares creando una planta libre para usar como taller. La estructura metálica es la principal protagonista, agregando valor a la propiedad y cubriendo las necesidades de los propietarios del inmueble.
El uso de energías renovables en casas contenedores
En este tipo de construcciones suelen incorporar energías alternativas, como paneles solares o turbinas eólicas, además de la instalación de sistemas para la recolección, filtración de agua lluvia y equipos de tratamiento de aguas residuales.
Todo esto genera que el hogar pueda sustentarse de forma autónoma con energía verde, generando un espacio no contaminante y amigable con el medio ambiente. Al depender de una fuente natural, por ejemplo, la luz solar, no requiere estar conectado a la red eléctrica tradicional. Este aspecto favorece a viviendas ubicadas en sectores rurales o que tienen problemas constantes con el suministro eléctrico.
“Es importante destacar que, si bien la construcción ofrece oportunidades para la innovación, también presenta desafíos específicos, como la necesidad de aislar adecuadamente, abordar problemas de ventilación y cumplir con las regulaciones locales. Sin embargo, con un enfoque creativo, es posible lograr diseños arquitectónicos únicos”, explica María Inés Espinoza de VMC Container y Transportes (@vmccontainer), empresa dedicada a la venta, arriendo y transporte de contenedores marítimos, cuyo principal objetivo es entregar productos y satisfacer la actual demanda de bodegaje, almacenaje y desarrollo de proyectos.