Si el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York ya era visita obligada para quienes recorrían la ciudad, hoy, con la apertura del Centro Gilder para la Ciencia, Educación e Innovación, este espacio se ha transformado en un hito imperdible. Recién inaugurado esta semana, el Centro Gilder no solo busca despertar la curiosidad y el asombro de sus visitantes, sino también mejorar la experiencia: con su construcción se crearon caminos que conectan todos los campus del museo, comunicando edificios que se construyeron a lo largo de casi 150 años.
El proyecto arquitectónico estuvo a cargo del Estudio Gang (@studiogang) y estuvo inspirado en los procesos naturales de creación, tomando como referente las formaciones geológicas porosas que se forman por el flujo del viento y el agua.
Al entrar al edificio, los visitantes son recibidos por un atrio central de cinco pisos, un espacio que busca ser explorado. “La arquitectura aprovecha el deseo de exploración y descubrimiento que es tan emblemático de la ciencia y también una parte tan importante del ser humano”, explica Jeanne Gang, fundadora del Estudio Gang. “Cuando ingresas al Gilder Center, inmediatamente sientes una sensación de asombro. Puedes vislumbrar las diferentes exhibiciones y ver cómo moverte entre ellas. El edificio invita a un viaje hacia una comprensión más profunda, despertando la curiosidad y ayudando a encontrar los asombrosos organismos y el conocimiento en su interior”.
Para lograr este look orgánico, inspirado también en los cañones del suroeste de Estados Unidos, usaron una técnica conocida como shotcrete, que fue inventada a principios del siglo XX por el naturalista del museo y artista de taxidermia Carl Akeley, y que consiste en rociar hormigón directamente sobre las barras de refuerzo.
La fachada ondulada del Gilder Center fue revestida en granito rosa Milford, la misma piedra utilizada en la entrada oeste de Central Park. El patrón diagonal de los paneles de piedra evoca tanto el fenómeno de las capas geológicas, como el diseño y textura de la mampostería de la fachada del museo de la 77th Street.
“El Gilder Center está diseñado para invitar a la exploración y al descubrimiento, que no solo es un emblema de la ciencia, sino también una gran parte del ser humano. Su objetivo es atraer a todos, de todas las edades, antecedentes y habilidades, para compartir la emoción de aprender sobre el mundo natural”, declaró Jeanne Gang. “Al entrar en el gran atrio iluminado, se ofrecen vistazos de las diferentes exhibiciones en múltiples niveles. Puedes dejar que tu curiosidad te guíe”.
El Centro Gilder está compuesto de tres pisos de exhibiciones de piso a techo, que muestran la amplitud de las colecciones del museo y la diversidad e importancia de estas colecciones científicas, las formas en que se estudian y algunos de los descubrimientos que han producido hasta ahora, así como el potencial para futuros descubrimientos basados en nuevos métodos y tecnologías.
En estos tres pisos, los visitantes podrán descubrir más de tres mil objetos que representan cada área de las colecciones del museo en zoología, paleontología, geología, antropología y arqueología, con materiales que van desde huellas de dinosaurios hasta instrumentos astronómicos. Imperdible es el insectario, donde se pueden ver 18 especies de insectos vivos, además de exhibiciones digitales, y también el mariposario, con más de mil mariposas volando libremente en varios microambientes.