Arquitectura

Una casa donde la arquitectura se integra al paisaje de manera orgánica

Concebida como un lugar de encuentro y descanso para la familia, esta casa logró su objetivo completamente: integrarse al paisaje y ser invisible para los transeúntes.

Desde el primer boceto de esta casa en Porto Feliz, en Brasil, proyectada por la oficina Bernardes Arquitetura, se hizo evidente que debía existir una relación íntima entre la construcción y el paisaje. Por eso, los arquitectos decidieron proyectar un techo verde que se extiende desde la calle y continúa hacia la topografía existente del lugar. 

Ya en la casa, sobresale un gran balcón, que permite ampliar las vistas sobre el paisaje y vincular a los dueños de casa con la naturaleza. Debajo, el programa arquitectónico se divide en núcleos conectados que se distribuyen cuidadosamente alrededor del jardín interior, el corazón de esta casa.

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GAK, como la bautizaron, es una casa que gira en torno a un patio donde el programa arquitectónico principal se distribuye en pequeños pabellones. Las zonas de reunión y ocio están rodeadas de paneles de cristal móviles, lo que permite integrarlas totalmente con el jardín, creando una conexión visual y una experiencia de vida compartida. El núcleo de dormitorios está protegido por una circulación independiente creada por elementos verticales de madera que lo separan del jardín, mientras que los balcones se abren al paisaje exterior.

Para soportar la gran cubierta vegetal, se optó por una estructura mixta de hormigón y acero. La presencia de vegetación crea un microclima más agradable, reduciendo los costos de refrigeración y el gasto de energía. La ventilación cruzada se posibilita a través de huecos a lo largo de los pabellones, y cuando los paneles correderos están abiertos, los espacios interiores y exteriores quedan totalmente integrados. 

La generosa presencia de luz natural fue crucial en la ejecución del proyecto para lograr un equilibrio entre las amplias vistas del paisaje y el confort térmico. Aprovechando esta condición, el conjunto de paneles solares alimenta el sistema eléctrico.

Contrastando suavemente con la austeridad del hormigón visto, la madera en suelos, techos y mobiliario, además de los colores cálidos en tejidos y alfombras, aportan calidez y suavidad. Muchos de los sofás, las mesas, las estanterías y la iluminación fueron diseñados especialmente para este proyecto por el equipo de Bernardes Arquitetura. Estas piezas conviven con otras de famosos diseñadores brasileños, como Carlos Mota, Sérgio Rodrigues, Jean Gillon y Joaquim Tenreiro.

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