Del 16 de diciembre al 7 de enero el Ballet de Santiago se vuelca completamente a uno de los ballets más clásicos de esta temporada: Cascanueces. Con una puesta en escena impresionante y una propuesta pensada para toda la familia, tuvimos acceso al detrás de escena en el Teatro Municipal.
El fotógrafo Gabriel Rodríguez fue el encargado de acompañar a los bailarines del Ballet de Santiago mientras se preparaban para la función. Dos horas antes del inicio, empieza el movimiento en el teatro.
Esta versión del Cascanueces, que se estrenó en 2021, cuenta con la coreografía de Luis Ortigoza.
La escenografía y el vestuario estuvieron a cargo del destacado diseñador Jorge Gallardo.
El vestuario rinde homenaje a los Ballets Rusos de Serguei Diaghilev, al tomar como referencia el colorido y las formas que esa compañía usaba en sus producciones y que hoy son un emblema para el mundo de la danza.
Los talleres del Teatro Municipal de Santiago son los responsables de la fabricación de todas las piezas que dan vida a este mágico ballet: trineos inspirados en una gélida Rusia, huevos Fabergé gigantes que giran y profundos bosques son parte de la producción.
La música de P.I. Tchaikovsky está a cargo de la Orquesta Filarmónica de Santiago, bajo la batuta de su director residente, Pedro-Pablo Prudencio.
Estas funciones del Cascanueces marcan también un hito, con el retiro del bailarín solista Miroslav Pejić, quien encarna el rol de Drosselmeyer en la obra.
“El trabajo de gran creatividad, factura y belleza que ha realizado para este ballet el equipo técnico y artístico, además, por supuesto, de los bailarines, nos envuelve desde el primer momento y nos lleva a experimentar la verdadera magia de la Navidad. Es por eso que queremos invitar especialmente a las familias a acompañarnos en estas funciones de Cascanueces, donde será posible reír y soñar juntos, más allá de las realidades y dificultades de nuestro mundo”, dice Carmen Gloria Larenas, directora general del Teatro.
