Si hay alguien que conoce bien el Teatro Municipal de Santiago es Carmen Gloria Larenas. Llegó a la Escuela de Ballet del Teatro a los 13 años, luego, como periodista, trabajó en su departamento de prensa y en 2019 –después de trabajar en la Corporación Cultural de Lo Barnechea y en el Teatro del Lago– asumió la dirección del Teatro: fue la primera mujer en ocupar ese cargo desde su creación.
Tras casi cinco años como directora del Teatro Municipal, Carmen Gloria reconoce que una de sus grandes satisfacciones es la estabilidad que han logrado. “Siempre hay desafíos por delante, pero siento que hoy todas las cosas más importantes y esenciales de tener estables en una organización como esta, con más de 370 trabajadores, es la estabilidad que permite ofrecer un espacio de trabajo lo mejor posible y poder mirar hacia adelante con nuevos ímpetus y ambiciones”, dice. Su objetivo es hacer del teatro un espacio cada día más interesante artísticamente, pero sobre todo, más conectado con las personas, “de modo de hacerlo significativo para un público lo más amplio y lo más transversal posible”, explica.
Parte importante del trabajo que se ha hecho en los últimos años ha sido el acercar el Teatro Municipal a otros públicos…
“Sin ninguna duda. Ese ha sido probablemente el corazón de lo que hemos tratado de hacer por distintas razones. Una fue la pandemia, porque había que estar hiperconectado tecnológicamente. Y eso, junto con ser un pie forzado (porque ninguna organización en el mundo estaba preparada para ese desafío de la pandemia), nos abrió la oportunidad de conectarnos con una comunidad mucho más amplia que estaba ahí, pero con la que tal vez el teatro no había conectado. También nos permitió mostrar de manera mucho más amplia lo que nosotros hacemos.
Y esa oportunidad que supimos aprovechar, hoy explica los números que tenemos. El 2023 del total de públicos que vinieron a todas las temporadas, un 72% fue público que compró una entrada para venir al teatro por primera vez, lo que es enorme.
No es que sea mejor o peor que antes, sencillamente significa que hemos podido ampliar la base de públicos del teatro, que es lo que la ópera, el ballet y los conciertos necesitan y lo que yo creo que también necesita la educación de las nuevas generaciones: ponerse en contacto con expresiones artísticas diferentes, con otros tiempos, con otras propuestas, de una profundidad distinta a lo que puede ser la música popular, que es muy valiosa, por supuesto, pero que son objetivos distintos”.
Tu sello en la gestión del Teatro del Lago fue la multidisciplinariedad. ¿Cuál te gustaría que fuera el sello en tu trabajo en el Teatro Municipal?
“Yo creo que algo que ya hemos logrado es estabilidad. No te diría que es un sueño que yo tuve en específico cuando llegué a este cargo, pero dado todo lo que pasó y lo que me ha tocado vivir desde acá, con las sorpresas incluidas de la pandemia, del estallido y todo, creo que haber logrado estabilidad es un logro importante.
El foco en los públicos para mí es importante. Hoy tener un buen espectáculo artístico en el escenario, que me interesa mucho, es muy importante, pero las personas ya no compran una entrada solo por eso. Las razones para venir, por lo que estamos viviendo en el mundo, por las nuevas generaciones, por la tecnología, son muy diversas y yo creo que ser significativo, realmente generar el engagement, como dicen los norteamericanos, me parece que es algo en lo que hemos estado trabajando. Estamos en muy buen camino y eso me hace muy feliz, porque siento que hoy vienen al teatro personas que tal vez pensaron alguna vez que este no era un espacio para ellas. Me importa mucho que haya más público, más diversidad, más transversalidad.
También es muy importante haber podido sacar adelante el proyecto con la Ópera de París, de modo de poder refundar la escuela. La inversión en educación es siempre una inversión a largo plazo y creo que es importante para transformar a Chile en un polo de la danza a nivel latinomericano y regional”.
¿Qué se viene en el Teatro para este año? ¿Cuáles son los imperdibles?
“Es una temporada que está pensada para llegar a un público bien diverso y amplio, para que ese nuevo público que está comenzando a querer lo que nosotros hacemos se entusiasme y venga. Y también hay obras que son artísticamente distintas, que no suenan tan rápido a la primera, pero que para los cuerpos artísticos nuestros es importante poder ofrecer como desarrollo artístico.
En la temporada de ópera vamos a empezar con La Flauta Mágica, el título más popular de Mozart. Después vamos a seguir con una gran tragedia teatral que es Tosca, que los operáticos aman, y cuyo centro es el teatro. Después vamos a tener una obra que espero sea muy amigable y que nos recuerde de alguna manera a La pérgola de las flores, que es El elixir de amor, una historia muy simpática, que hemos ambientado en el campo chileno. Vamos a darle un sentido de pertenencia, más allá de la obra musical de Donizetti.
Y vamos a terminar el año con El Holandés Errante, que es una de las primeras óperas de Richard Wagner, con una música maravillosa y un equipo magnífico.
En materia de ballet, vamos a empezar con Zorba, el griego, una obra que está inspirada en la famosa película que protagonizó Anthony Quinn, con la música de Mikis Theodorakis, una personalidad enorme en Grecia. Lo interesante de esta obra son básicamente dos cosas: es una obra muy coral donde tienes a toda la compañía en el escenario, lo que siempre es muy atractivo y la música, interpretada por la Orquesta Filarmónica en vivo, magnífica. Y en segundo lugar, es la despedida del bailarín estrella, Rodrigo Guzmán, que ya deja los escenarios y pasa a formar parte de nuestra escuela de ballet. Entonces, hay varios ingredientes que hacen de Zorba un espectáculo imperdible. Además, es un espectáculo que te deja arriba por la música, es un canto a la vida. Y creo que en los tiempos tan oscuros que estamos viviendo desde tantos puntos de vista en el mundo, ver un espectáculo que te llene el corazón es siempre un aporte para lo que sigue, para todo el año que se nos viene encima.
Después de eso tenemos un estreno que se llama María Antonieta, que es la obra sobre la última reina de Francia, decapitada durante la Revolución Francesa. Una obra que no se ha visto con una estética maravillosa.
Tendremos también Nijinska, secreto de la vanguardia, ballet protagonizado por Edymar Acevedo, que se ganó el premio de la Crítica 2023 (del Círculo de Críticos de Arte de Chile). Una apuesta de la que se habló mucho el año pasado.
La Bella Durmiente, gran ballet familiar, el cuento que todos conocemos, fantástico, una gran producción con toda la riqueza y la magia de esos cuentos. Y vamos a terminar con el Cascanueces, que es el gran espectáculo familiar.
En materia de conciertos, ya tuvimos tres conciertos exitosos. Hemos recuperado un público para los conciertos muy importante y durante el año vienen distintas personalidades a dirigir la orquesta.
Después, el estreno de la ópera La abeja de fuego, basada en la vida de María Luisa Bombal. Así es que viene intenso este año”.
Por último, ¿algún sueño por cumplir en el Teatro? Una obra que les gustaría montar o algún invitado internacional que les gustaría traer…
“Más que nombres en específico, yo te diría que por sobre todo, y lo hablamos siempre acá en el equipo, es ofrecer grandes espectáculos, porque esa es nuestra diferenciación. Nosotros no somos una sala donde presentamos espectáculos que compramos afuera y que traemos, nosotros somos un teatro de producción. ¿Y qué es un teatro de producción? Un teatro de producción es como este: el único en Chile que tiene un coro, una orquesta, una compañía, ballet, una escuela de ballet, una orquesta de cámara, cuerpo técnico que hace escenografía, que pinta, que hace utilería, que genera construcción, un taller de vestuario que crea los vestuarios… O sea, realmente producimos y generamos desarrollo en esas áreas para nuestro medio cultural y para nuestros artistas.
Entonces, nuestro sueño es ofrecer grandes espectáculos que hagan que las personas vengan a tener un momento emocional; espectáculos que te lleguen al corazón y que las personas tengan un commitment y un engagement, un compromiso con eso que ofrece el Teatro Municipal.
Creo que cuando tú logras comunicar y llegar al corazón de las personas con un drama, con una obra feliz y alegre, con un tema para reflexión, creo que ahí uno logra establecer un contacto con esos públicos y creo que ahí está el secreto para poder ampliar y poder hacer que este teatro esté siempre lleno en sus funciones”.
