Entre el documentalismo y la fotografía autoral, Marcos Zegers, Bruno Giliberto, Cristian Ordóñez, Constanza Bravo y Paz Olivares-Droguett han logrado posicionar y mostrar sus trabajos fotográficos alrededor del mundo.
Bruno Giliberto (@brunogiliberto)
“Lo que me interesa bastante hasta el día de hoy es poder estar frente a procesos y aprender. Para mí la fotografía es una justificación para estar presente en lugares: he estado frente a artesanos, frente a ceremonias, frente a situaciones y arquitectura”, explica el fotógrafo chileno radicado en Alemania.
Cristian Ordóñez (@c_ordonez)
El chileno Cristian Ordóñez está radicado hace 15 años en Canadá, donde transita entre la exploración fotográfica vernacular –apostando por una fotografía exploratoria del paisaje y la intervención humana que habita en él– y su desempeño profesional como diseñador editorial.
Constanza Bravo Granadino (@bravogranadino)
La fotógrafa propone una mirada situada en el territorio sobre las urgencias sociopolíticas y medioambientales que se levantan a nivel local y mundial. “Creo que estamos viviendo en un mundo cada vez más distópico, donde es importante conversar y trabajar sobre estos temas y aportar desde el gesto de hacer visibles esas problemáticas a través de la fotografía”, explica Bravo.
Marcos Zegers (@marcoszegers)
“Al principio mis proyectos partían por una intuición de buscar y luego esa intuición buscaba un cruce con algo profundo y tangible. Para mí la fotografía todavía es narrar historias (…) es ser un puente entre lo que sucede y las personas”, explica Zegers.
Paz Olivares-Droguett (@pazolivaresdroguett)
“Me interesa mucho retratar a las personas, me interesa descubrir las cosas en su estado natural, me interesan los gestos genuinos, me interesan las cosas que hacen cuando estamos en soledad y en silencio”, dice la fotógrafa que actualmente vive en Valparaíso y que ha colaborado con Vogue.
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