La periodista Wiebke Berg Greiner –o Wicky, como le dicen sus cercanos (40)– es de origen alemán, pero ha vivido más en Chile que en Alemania y hoy no ejerce su carrera, sino que está dedicada al diseño y la decoración.
Justo antes de la pandemia llegó a un condominio de casas en Chicureo junto a su marido y sus dos hijos, de 8 y 5 años. Ahí, en medio de las cuarentenas, descubrió que quería trabajar en lo que siempre le había sido innato: el diseño y la decoración, gusto que heredó de su madre, quien le traspasó sus conocimientos de antigüedades.
Así, en 2021 lanzó su tienda de decoración Greiner Klassik (@greinerklassik), cuyo nombre proviene de su apellido materno. “Siempre me gustó el diseño, pero como era algo innato nunca pensé dedicarme a esto. No le tomé el peso hasta que partí con la tienda. Cuando vendí las primeras cosas ratifiqué que lo que me gustaba a mí también otros lo valoraban. Ha significado un despertar en esta etapa de mi vida”, cuenta.
Su casa, su tienda
“Mi casa soy yo y el reflejo de mi familia. Muchos recuerdos, vivencias de viajes, un espacio lleno que valora lo clásico, pero que se vive con una osadía contemporánea”, agrega. Y es que por toda la casa, y entre medio de antigüedades, pasean sueltamente sus perros Coco y Harvey.
Para darle un toque más dramático, pintó las paredes azul piedra y combinó antigüedades que había heredado con piezas más modernas que fue comprando con el tiempo, junto a cuadros pintados por ella y diseños que hoy vende en su tienda.
En el living domina la escena un gran mueble negro con un fondo de un intenso azul rey que se complementa con dos sofás, uno de Área Design y otro de Milk. Otro de los objetos que resalta es la lámpara Flamingo, de fierro fundido envejecido que fabrica en Chile y es parte de la colección de su tienda.
El boiserie lo instaló Wiebke en pandemia, al igual que los retratos de sus hijos que ella misma pintó y que situó junto a una cómoda bombé. El cuadro del comedor también es de su creación. Para hacer más acogedora la cocina instaló un papel mural de abedules de La Canel Store y una vitrina antigua donde luce su colección de porcelanas.
En los dormitorios de la casa todas las camas son antiguas, de hecho la de su hija es la que Wicky usó en su infancia, al igual que varios juguetes, como la cuna de bronce o las muñecas de porcelana.
Crear y restaurar
Entre los múltiples cursos de interiorismo que ha realizado, uno de los que más la marcó fue uno de restauración de marcos antiguos. Hoy –junto con cursar un diplomado en Arte en la Universidad Católica– los restaura y luego reversiona con pinturas creadas en su taller, ubicado en el subterráneo de su casa. Lo mismo hace con algunos muebles antiguos.
A esto se suma la colección de maceteros, hieleras y paragüeros chinos pintados a mano. Junto a ellos, otro de los elementos más solicitados de su colección son los jarrones holandeses Delft, además de antigüedades que elige ella misma: apliqués, copas de cristal de colores, porcelana, cucharas, entre otros.
“Por mi propia búsqueda de objetos me di cuenta que faltaba un intermediario entre un anticuario y el diseño moderno. Todo lo elijo yo misma; más que un concepto comercial está mi pasión por crear, esa es mi propuesta”, cuenta la fundadora de Greiner Klassik.