El arquitecto Juan Detry y su señora, Magdalena Lanusse, querían una casa “descontracturada, cálida y con espíritu playero”, como cuentan Natasha Elliot y Ángeles Lynch, quienes estuvieron a cargo del interiorismo.
“Junto con el estudio de arquitectura Detry Miguens (@detrymiguensarquitectura) nos inspiramos en José Ignacio, Uruguay, porque a los dueños les fascina este lugar y querían replicar ese espíritu en su casa”, explican las interioristas. “Sumamos algunos elementos y paletas que también le dan una impronta más unida a la naturaleza del lugar donde se encuentra. Un mix de una casa con la vibra de la playa y la incorporación de la naturaleza propia del lugar donde se encuentra”.
Natasha Elliot y Ángeles Lynch no son ajenas a la onda de José Ignacio: las Elliot, la mamá y hermanas de Natasha, son las fundadoras de Sentido (@sentido_joseignacio), una tienda en la playa uruguaya –junto al icónico restorán La Huella– con una combinación única de muebles, objetos de decoración, libros y detalles originales que recolectan en todo el mundo y que las ha convertido en un icono de estilo.
De hecho, fueron los propios clientes de Sentido quienes les empezaron a pedir que se involucraran en proyectos de interiorismo. Fue así como Natasha y Ángeles decidieron hacerse cargo de esta área, que abarca proyectos en Argentina y Uruguay. “Creo que nosotros tenemos un estilo muy versátil y ecléctico. Vivir en distintas partes del mundo y conocer diferentes culturas, nos da libertad para poder interpretar qué estilo busca el cliente. Qué historia va a contar cada proyecto”, explican.
La casa de Juan Detry y Magdalena Lanusse está en Pilará, un barrio en Pilar, provincia de Buenos Aires, con vistas a una cancha de golf y rodeado por naturaleza. “El patio central de esta casa es clave para resguardarse en los días de viento o aprovechar el sol cálido en invierno”, cuentan Natasha y Ángeles.
Para el proyecto, las interioristas trabajaron con maderas pintadas en varios colores y con distintas formas, además de toques en ratán. El puntapié inicial lo dio el tono off white del travertino de los pisos, que luego incluyeron en estucos, pinturas y entelados.
Además, incorporaron también piezas de artesanía local. “Es lindo incluir el trabajo de artesanos, ya que son piezas que cuentan historias. Muchas veces tradiciones que se pasan de generación en generación quedan plasmadas en objetos o muebles que tienen un valor agregado”, dicen.
Para las interioristas, la casa de Pilará se caracteriza “por su elegancia descontracturada y un toque lúdico”. Hay una barra en el living, mesas y sillones que se unen y se separan según la ocasión y una cocina en tonos verdes integrada al patio que “invita al disfrute permanente” y que se ha convertido en uno de los espacios favoritos de los dueños de casa.
Otro lugar que es protagonista es sin dudas el living: un gran espacio donde se integran muchos sectores. “Ellos querían un living que no fuese formal, sino que realmente se le diera uso en el día a día”, explican las interioristas, que se enfocaron en crear un espacio donde se puede trabajar, ver televisión, descansar, conversar con amigos o preparar un trago.
Ahí, los sillones curvos fueron pensados para imitar las ondulaciones de la cancha de golf hacia donde mira la casa y la lámpara imita un árbol que se mete en la casa. Pura calidez.