Esta casa en Felanitx, Mallorca, mantiene sus orígenes como hace 150 años. Tras el boom turístico de la década de los 60 en Mallorca, se generó una explosión de construcciones con diversos estilos arquitectónicos, alejados de lo tradicional de la zona. Andreu Vidal, el propietario de Can Lluïssó, como bautizó a la construcción, quería recuperar esa parte tradicional y combinarla con una propuesta moderna y práctica. Su inspiración, lo que guió la construcción y el diseño, fue “la austeridad de la casa tradicional mallorquina”.
La conservación de la estructura estuvo a cargo de Can Monroig, un estudio de restauración sostenible. Utilizaron los mismos materiales de su origen: con cal, tierra, paja y piedra lograron una restauración donde fue todo manual y sin intervención industrial. “Es una casa viva, se mueve, no es perfecta, aparecen grietas en el suelo. Este tipo de construcción te da una sensación cuando estás dentro donde puedes intuir esas técnicas y materiales”, cuentan.
Además de los materiales 100% naturales –no hay nada de hormigón–, la casa es ecológica: la mayor parte funciona con energía solar, cuentan con un sistema de depuración de agua grises y toda el agua pasa por un filtro biológico para después ser utilizada en el riego.
En cuanto al diseño interior, esta casa cuenta con lo imprescindible sin perder el lujo. “Está inspirado en la casa payesa mallorquina, que es una casa austera. La austeridad del lujo. Eran casas que tenían lo indispensable, una cama, una mesa, una chimenea, alguna silla y ya”, explica el propietario, Andreu Vidal.
Con el tiempo Andreu e Isabel, su pareja, han ido decorando y tomando decisiones sin presiones. “Hemos preferido mantenerla vacía hasta encontrar los muebles que se integraban mejor, no añadiendo una pieza si no estábamos 100% convencidos. Ha sido un proceso lento. Al ser una casa construida con materiales naturales no lo quiere todo, hay cosas que rechaza”, cuentan. Han preferido mantenerla monacal (algo así como menos es más). Entre los objetos que sí han optado por hacer parte de la casa destacan los de madera e incluso cuentan con piezas de cerámica de Jaume Roig y Joan Pere Català Roig.
Los alrededores también son parte importante del proyecto: buscan regenerar la tierra, han plantado árboles y diseñado un huerto, además de una piscina salina perfecta para disfrutar en los veranos mallorquines.
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