Las casas en A, tan populares entre las décadas del 50 y el 70, se han puesto de moda nuevamente a lo largo del mundo. Y esta antigua construcción en Eastern Townships, cerca de Montreal y en medio de un bosque, casi tocando el agua, es prueba de ello: construida en 1950, la casa estuvo abandonada por muchos años, expuesta a los duros inviernos canadienses, hasta que sus nuevos dueños decidieron renovarla y restaurarla.
Para la titánica tarea -además del abandono, la casa está en un terreno al que es muy difícil acceder-, sus dueños contactaron al estudio de arquitectura local Matière Première Architecture y a su empresa de construcción Nu Drom. La idea era mantener la tipología de casa en A, pero restaurarla con un enfoque ecológico y optimizando al máximo los espacios disponibles en su interior.
La propuesta de Matière Première se enfocó entonces en la creación de una serie de espacios fluidos y relajantes, que ofrecen una estrecha relación con el lago. Aquí, la arquitectura logra capturar el paisaje natural que la rodea y las vistas hacia el lago son protagonistas en todos los espacios. Para el interior usaron tonos claros, accesorios de lino, alfombras relajadas y muebles informales; en resumen, pura calidez.
Los arquitectos también se preocuparon de elegir materiales locales, sostenibles y duraderos, como los suelos de pino blanco y las estructuras de madera a la vista y tablas de abeto pintadas. Para el exterior, trabajaron con revestimientos de cedro blanco natural, techos de metal y ventanas de aluminio. “Estos materiales contribuyen a un envejecimiento controlado de la cabaña, sin poner en riesgo su longevidad”, explican.
Algunas de las modificaciones de la planta que se le hicieron a la cabaña fueron el desplazamiento e la gran ventana principal con marco en A, que se desplazó hacia el interior para acomodar un área de comedor al aire libre más grande. También se reubicó una nueva escalera en una posición más discreta en la parte trasera del comedor, por donde se accede al entrepiso.
Para los dueños de casa era muy importante mantener todos los árboles existentes, así es que la renovación tuvo que hacerse de manera muy meticulosa para lograr llevar todos los materiales sin dañar el entorno. “El difícil acceso para entregar nuevos materiales y para retirar los existentes guió la construcción en una mentalidad ecológica, lo que llevó a la recuperación de la mator cantidad posible de materiales existentes”, explican desde Matière Première. Además, la restauración también se llevó al exterior: se agregaron plantas autóctonas locales en la orilla del lago, para promover la renaturalización orgánica.