El timing no podía ser mejor. Poco antes de que se inaugurara la Feria del Mueble y Milán se llenara de profesionales y fanáticos del diseño, el hotel Room-Mate Giulia abría sus puertas en pleno centro de la ciudad. Doscientos invitados, incluido el alcalde, socialités y destacados arquitectos y decoradores, fueron recibidos por el dueño y fundador de la cadena, el español Kike Sarasola, junto a la gran estrella de la noche, la interiorista Patricia Urquiola. La española, que vive y trabaja hace años en Milán, estuvo a cargo del diseño de este hotel, el número 22 de la cadena, cuyo norte es construir hoteles de diseño, céntricos y accesibles económicamente, pero sobre todo, acogedores.
Quince meses tomó el proyecto, que partió por la elección del edificio. El requisito número uno era que fuera una construcción con historia. Luego, y en función del destino y el tipo de edificio, se eligió un nombre y se creó una personalidad para el hotel. Así nació Giulia, que en palabras de la propia Urquiola es un lugar “fresco, divertido y acogedor”.
Tiene una ubicación inmejorable, en medio de las galerías Vittorio Emmanuelle II y el Duomo (o catedral), a pasos del famosísimo Teatro Alla Scala y las más elegantes boutiques, y el diseño se encargó de que toda esa riqueza cultural, histórica y arquitectónica de la ciudad se viera reflejada en el interior del hotel. Por ejemplo, para el piso se eligió mármol rosado, el mismo del Duomo; en el muro curvo que une el lobby con el estar se pusieron ladrillos de terracota, un tributo a este humilde material que ha sido usado masivamente en el norte de Italia; y en la decoración se hace alusión a las rejas que abundan en la ciudad a través del papel mural, alfombras, tapices y cortinas, todos con patrones tipo rejilla.
Son 85 habitaciones dispuestas en cinco pisos, para las cuales se eligieron colores como el verde musgo, terracota, azul grisáceo, damasco, rosado neón y mostaza. Con un look italiano de los 50, en cada pieza hay trabajos de artistas, fotógrafos e ilustradores milaneses, así como diseños de la propia Urquiola para Cassina.
Para el comedor se optó por un look más industrial, en el que predomina el fierro y el vidrio. Este es uno de los sectores más cotizados no solo por los exquisitos desayunos -que tienen la particularidad de servirse hasta las 12 del día- sino también porque es donde se conversa y se consiguen los mejores datos para visitar la ciudad. Y como en los Room-Mate no se les pasa ningún detalle, dan a los pasajeros un dispositivo para que dispongan de internet gratis en todo Milán. Es que estar en Giulia es como quedarse en la casa de una vieja amiga, una que te recibirá como los dioses. π Room-Mate Giulia, Via Silvio Pellico 4, 20121, Milano. giulia.room-matehotels.com