En un lapso de diez años, la decoradora Jocelyn Cable ha pasado por tres casas. Esta es la cuarta y, espera, una más duradera, si no la definitiva. “He vivido en departamento, también fuera de Chile… con suerte alcanzo a estar dos años en un lugar y por distintas razones me tengo que ir”, dice.
A esta casa llegó con su marido e hijos hace casi tres años. Ubicada en una calle tranquila, estaba en buen estado, por lo que sólo le cambió el piso y la pintó, pero por un defecto profesional, no pasó mucho tiempo antes que empezara a inventar nuevos proyectos para ella. “No podía arreglarla altiro como yo quería, así que empecé a planearlo con calma, paso a paso”.
La distribución de la casa es bastante irregular, se le habían hecho varias ampliaciones, un aspecto que a Jocelyn a ratos le molestó, pero que finalmente le encanta: “Me gusta que no sea tan perfecta, que tenga su estilo, con unos ángulos medio raros… mi idea fue sacarle el mejor partido posible a lo que ya tenía”.
Partió arreglando la cocina, un área fundamental para ella, ya que le encanta preparar ensaladas, sopas y recetas al wok; además es el lugar que más aprovecha su familia en el día a día. “Acá se instalan los niños a hacer las tareas, pintamos, cuando tengo tiempo cocino… Soy muy manual así que siempre estoy inventando cosas para hacer… es como mi taller”. Eligió unos muebles color celeste, ella misma hizo un mural para poner fotos y empapeló un rincón del comedor de diario.
Más adelante remodeló los baños; luego vendrá el escritorio, el cual quiere plantear no como una estación de trabajo seria y ordenada, sino como un espacio más alegre en el cual desarrollar la creatividad. “Me gustan mucho los colores. Estudié Arte y tuve la suerte de tener un curso de color con Eduardo Vilches, una eminencia, y aprendí mucho. Tengo buen ojo para descomponer, si miro un cojín fucsia, por ejemplo, sé que tiene un poco de azul y me resulta fácil combinarlo con otros colores”, dice.
Con esa habilidad es que ambientó su casa. “Parto con los muros, que nunca dejo blancos. Los pinto o empapelo, me gusta el contraste con el cielo blanco”, explica. Los sofás casi siempre son básicos y los llena de cojines de colores. “Me agrada que haya cierto orden, pero me carga lo que se ve decorado. Mi idea es que los espacios se vean vividos y que el conjunto no parezca como que se compró todo el mismo día. Combino algo fino con algo menos elegante, algo antiguo con algo moderno… es un estilo, así hacemos todas nuestras casas, es nuestro sello”, dice, aludiendo también al trabajo que hace con su mamá, Caroline Cable, y hermana, Sinninghe Damste, como decoradora.
Otro aspecto que no puede faltar en su casa son las fotos. Están en todos lados, en el living, la cocina, los muros. Ella es la encargada de tomarlas; la fotografía es su gran pasión.
El jardín es otro ambiente donde Jocelyn se desenvuelve bien. “No sé nada de plantas, pero me relaja jardinear. Agarro tijeras y podo o desmalezo”, cuenta. Incluso creó un mini huerto, donde plantó papas, frutillas y distintas hierbas, lo que lo convierte en un rincón de olores frescos y vivos que inundan toda la casa.