Riviera Maya

Lo que antes fue el refugio privado de una duquesa italiana a la orilla de una de las mejores playas de la Riviera Maya, hoy es esencia, un hotel que en nada se parece a los grandes resorts que hay en la costa este de México.

 

En medio de los grandes resorts de la Riviera Maya –a mitad de camino entre Playa del Carmen y Tulum, frente a una playa privada– hay un hotel que es diferente en su esencia. Y de hecho, se llama así, Esencia. Originalmente fue construido como un refugio privado para una duquesa italiana. Sus 29 suites y villas son el escape perfecto. El hotel puede estar lleno, pero siempre se siente vacío. El descanso y la paz son los protagonistas.

Y todo invita a esto. Sus paredes blancas, la vista a Xpu-Ha –una playa que todavía no sufre el colapso del turismo, donde nacen tortugas marinas y donde la naturaleza del Caribe explota con toda su fuerza– o sus jardines, hacen que la esencia del hotel sea bien zen. Uno de sus puntos fuertes es el Spa Orgánico, en donde hacen programas de relajo a medida usando los ingredientes más puros de las aguas del Caribe y de la tierra de la jungla maya. Además, tienen un spa de aromas en donde hacen tratamientos para niños y adultos que incluyen masajes, tratamientos para la piel, reflexología y reiki.

Hoy, su dueño es el emprendedor y coleccionista de arte Kevin Wendle. Por eso, en el 2015 renovó cien por ciento el lugar y puso una colección de arte y antigüedades que incluye muebles y trabajos auténticos de arte de la década del 50. Entre los artistas que se toman las paredes del hotel hay obras de Pablo Picasso, Fernando Botero y Eduardo Santiere. En el living principal, sillas del arquitecto y diseñador suizo Pierre Jeanneret junto con lámparas de Serge Mouille y Pierre Guariche.

En Esencia tienen dos restoranes –además de un bar en la playa – y dos grandes piscinas entremedio de la vegetación de la zona. Al final de los jardines –el terreno en el que está el hotel es de 20 hectáreas– hay un health club con techo de paja que mira al cenote, equipado con todo lo necesario para hacer deporte como máquinas de gimnasio, pilates y hasta personal trainers.

La gastronomía da para un párrafo aparte. El Restorán de la Piscina pone su énfasis en productos estacionales y comida de mar. Algunos de los platos que pueden disfrutar los visitantes son tacos de langosta, crudo de pescado o un exquisito tártaro de atún. Pero la comida mexicana tampoco queda fuera. Por eso, el Restorán del Jardín prepara los mejores platos tradicionales de la península de Yucatán, siempre con un giro bien pensado, sofisticado. Acá ofrecen el mejor fondue de queso con chorizos, pimientos y tortillas caseras, o un atún de aleta amarilla sobre una ensalada de porotos chinos con tomates, hinojo y cebolla roja. Todos los ingredientes son frescos. Si no los sacan del jardín, los encargan de las mejores zonas. Las especies vienen de Oaxaca, la fruta de Yucatán y la carta de vinos de Baja California. Es lo mejor de lo mejor, al estilo Esencia.
hotelesencia.com

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