En 1972, el artista moderno Andy Warhol compró una casa en Montauk, Nueva York, junto con su amigo y colaborador, el cineasta Paul Morrissey.
Con una envidiable vista al mar, largos jardines que la rodean y la cantidad de visitas históricas que recibió, la casa se convirtió en una verdadera reliquia.
Después de Warhol, la casa pasó por varios dueños, pero el recuerdo del artista se mantiene. La decoración actual de la casa tiene mucho que ver con el lugar donde está ubicada. Muebles de madera, combinación de colores blanco y azul o rojo y beige, se puede saber de inmediato que se está en una casa de veraneo.
Pese a su valor y su primer dueño, la casa no es ostentosa, sino más bien un lugar de relajo perfecto para escaparse de la vida ruidosa de la ciudad.
De acuerdo a lo señalado por The Real Deal, empresa a cargo de su venta, su nuevo dueño es Adam Lindemann, quien adquirió la casa como una obra de Warhol –la más cara jamás vendida-.
La casa en realidad fue construida en 1930 como una cabaña para pescar. Cuando Warhol la compró, convirtió a Montauk en el lugar de moda, luego de recibir visitas como los miembros de Rolling Stones, John Lennon, Jackie O y Elizabeth Taylor, entre otros.