Un par de bicicletas de paseo apoyadas en un muro es lo primero que llama la atención de Casa Bevant, el nuevo apart hotel de Recoleta, en Buenos Aires. En la entrada, Valeria Bonanno –su dueña– incorporó varios objetos de diseño: dos esferas enormes dan la bienvenida, son lámparas de resina de la diseñadora Silvina Appas. Luego viene un living que en tonos verdes imita a un jardín; un espacio común perfecto para trabajar en el computador o leer. Cada huésped tiene su propia llave del edificio y puede circular por él como si estuviera en su casa. Es que la argentina quiso armar un concepto diferente; ya tenía el exclusivo hotel boutique Hub Porteño, por lo que instaló algo más cotidiano, algo que hiciera que las personas vivan la ciudad como un bonaerense más. Así logró levantar un proyecto que tiene la mezcla perfecta entre lo sofisticado y lo relajado; entre las comodidades de un hotel y las de una casa.
Las 20 piezas –o “studios”– ubicadas en este edificio de fachada antigua en Recoleta están full equipadas, hasta con máquina Nespresso, algo inusual en un apart hotel, y cada una está decorada de forma diferente. Valeria es psicóloga, pero tiene talento innato para la decoración y se encargó del interiorismo de cada espacio. “Entro a un lugar, cierro los ojos y ya me lo imagino… Lo mío es más intuitivo, más sensorial”, cuenta. En diferentes tonos, cada pieza se armó de acuerdo a un color. En algunas la terraza es más grande, perfecta para tomarse un trago en la tarde, otras tienen futones para instalarse a leer, y todas cuentan con una salita de estar, además de una cocina. La más grande es el penthouse, ideal para estadías más largas. Y así como uno invita amigos a la casa, acá puede hacer lo mismo. Arriba, en el último piso hay una terraza con reposeras para tomar sol además de un quincho para hacer asados. “Puedes hacerlo tú mismo o puedes pedirnos a nosotros el servicio del asador, nosotros compramos la carne y todo. Y vos invitás gente a un lugar espectacular”, cuenta la gerente comercial del hotel, Marina Pérez.
Como sacado de un cuento, el Almacén Bevant no se queda atrás. En el primer piso, y con salida propia a la calle, este lugar está repleto de mediaslunas, pasteles, brownies, ricas ensaladas y sándwiches; además del mejor café y jugo de naranja cien por ciento natural. Con puros elementos de diseño argentino, Valeria armó un espacio acogedor y con personalidad. La comida está a cargo del chef de Tarquino –el restorán de Hub Porteño que este año se ubicó en el puesto 48 de la lista de los 50 Mejores Restoranes de Latinoamérica de la Guía San Pellegrino–, así que no sólo todo se ve bien, sino que los sabores no defraudan. En repisas de madera, en el almacén se puede encontrar pastas premium para llevar (que puede cocinar arriba después en el studio en el que se está quedando), vinos, semillas, diferentes tipos de dulce de leche, entre varias otras cosas. Hasta se pueden comprar los mismos platos y tazas que se usan en el almacén. Y pagando una tarifa un poco más alta, la estadía en Casa Bevant incluye el desayuno acá.
Casa Bevant lleva pocos meses de funcionamiento y su éxito ha sido rotundo. Valeria dice que este estilo de hospedaje está de moda: “La gente quiere vivir la ciudad”, comenta. Por lo mismo, también tienen servicio de lavandería y van a abrir un gimnasio. Hace poco Valeria compró una casa en Lima, en el sector de Barranco, con 20 piezas, piscina y vista al mar. Su idea es armar en Perú un Hub Limeño; eso sí, recién está trabajando en el anteproyecto. Tampoco descarta seguir con algo en Santiago. Pero primero hay que ver con qué nos sorprenderá allá.
Vicente López 1827 Recoleta, Buenos Aires. www.casabevant.com