Cuando hablamos de ciudades en Latinoamérica, la segregación e inequidad territorial aparece como uno de los más grandes desafíos contemporáneos. Chile no es la excepción.
Nuestras ciudades se han caracterizado por una tendencia al centralismo y segregación mediante una expansión urbana descontrolada y desigual, repercutiendo en las oportunidades que tiene cada habitante de nuestro territorio nacional. En los últimos 30 años el urbanismo ha jugado un rol esencial en el estudio, diagnóstico y propuesta de políticas públicas que permitan redirigir el rumbo de nuestras ciudades en beneficio de las diversas comunidades.
En este sentido, nombres como el de la urbanista Joan MacDonald, se rescatan en sus diversos roles dentro de la comunidad académica, la sociedad civil y política.
Joan MacDonald Maier es una arquitecta chilena, que ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de las políticas habitacionales y urbanas en Chile. Nacida el 20 de febrero de 1941, MacDonald se ha destacado no solo por su labor académica, sino también por su incansable compromiso con el urbanismo social y el mejoramiento del hábitat popular. Su trabajo ha tenido un impacto directo en las ciudades chilenas, especialmente en la lucha por una ciudad más inclusiva y justa.
La formación académica de MacDonald comenzó en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se graduó como arquitecta en 1969. Desde la década de los 70, comenzó a impartir clases tanto a nivel nacional como internacional, destacándose en instituciones de América Latina, Europa, Asia y África.
Su compromiso con la educación y la formación de nuevas generaciones de arquitectos ha sido una constante en su carrera. Entre 1990 y 1994, se desempeñó como Subsecretaria de Vivienda y Urbanismo de Chile, siendo la primera mujer en ocupar este cargo. Durante este periodo, MacDonald se enfocó en ampliar el acceso a la vivienda para las familias de bajos recursos, promoviendo políticas públicas que buscaron soluciones habitacionales más inclusivas.
En diciembre de 2022, MacDonald se convirtió en la primera mujer en recibir el prestigioso Premio Nacional de Urbanismo en Chile, reconocimiento que desde su creación en 1996 había sido otorgado exclusivamente a hombres. Este premio, que distingue a profesionales por su contribución significativa al urbanismo, reconoce la trayectoria de MacDonald en la promoción de un urbanismo enfocado en los sectores más vulnerables de la población.
Durante más de 50 años, Joan MacDonald ha estado al frente de iniciativas urbanas que buscan mejorar la calidad de vida en las ciudades, particularmente para aquellos que viven en condiciones de precariedad.
Uno de los hitos más importantes en la carrera de MacDonald fue su trabajo en el Servicio Latinoamericano, Africano y Asiático de Vivienda Popular (SELAVIP), donde coordinó más de 500 proyectos habitacionales en asentamientos precarios e informales en 53 países en el sur global. A través de SELAVIP, MacDonald promovió una redefinición del rol de las y los arquitectos, promoviendo la necesidad de que los profesionales del urbanismo trabajen directamente con los sectores más vulnerables. Según MacDonald, los pobres tienen un enorme potencial para contribuir a la construcción de mejores ciudades, y es necesario que las políticas urbanas reconozcan y aprovechen ese potencial.
La contribución de MacDonald a las ciudades chilenas ha sido profunda. Su enfoque en la justicia social y el urbanismo ha sido clave para transformar el modo en que se entienden y se abordan los problemas de vivienda en el país.
A lo largo de su carrera, ha trabajado en colaboración con diversas instituciones nacionales e internacionales, incluyendo la CEPAL, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, promoviendo investigaciones y políticas centradas en los asentamientos humanos y la pobreza urbana.
Entre sus investigaciones más destacadas se encuentran estudios como el Análisis de la Vivienda Mínima Popular en Chile para la UNESCO y su colaboración en programas como el curso de especialización postítulo en Asentamientos Humanos.
Su legado en las ciudades chilenas no solo radica en su labor como arquitecta y urbanista, sino también en su capacidad para integrar teoría y práctica en el desarrollo de políticas públicas. Ha promovido una visión del urbanismo que pone en el centro a las personas y sus necesidades, particularmente a aquellos que tradicionalmente han sido excluidos de las decisiones urbanas.
Su liderazgo en SELAVIP, su trabajo en el estado y su dedicación a la academia han sido fundamentales para avanzar en la construcción de ciudades más justas e inclusivas. Además, su obra escrita no solo es referente en el campo del urbanismo, sino que también refleja su compromiso con la difusión del conocimiento, la formación de nuevas generaciones y el debate nacional.
Siempre presente en el escenario urbano, es además colaboradora en la pronta publicación de la Guía de urbanismo feminista para gobiernos locales realizado en una alianza entre Mujer Arquitecta y CINVIT de la Universidad de Valparaíso, donde plantea la necesidad de revisar los enfoques que prevalecen en materia de creación de ciudad y vivienda, donde nuevas miradas como la que propone la Guía podrían ayudarnos a enfrentar los desafíos de futuro.
Al recibir el Premio Nacional de Urbanismo, Joan MacDonald no solo rompió una barrera de género, sino que también reafirmó la importancia de seguir promoviendo un urbanismo que sirva a todos y todas, especialmente a los más vulnerables. Su legado es un recordatorio de que las ciudades deben ser espacios inclusivos, donde todos tengan acceso a una vivienda digna y a un entorno urbano que promueva el bienestar y la equidad.