Conseguir un nuevo trabajo, disfrutar de una cita, reencontrarse con algún amigo, desayunar en familia, o escribir los capítulos de un nuevo libro. Hablar de negocios, pasiones, proyectos, viajes. Lo mejor sucede siempre alrededor de una mesa.
Basta con mirar al pasado para darse cuenta: en el parisino Café de Flore, personalidades como Simone de Beauvoir tenía un asiento fijo para escribir sus obras. Por el Antico Caffè Greco de Roma pasaron más de una vez Goethe o Mary Shelley. Dicen que en La Floridita, en La Habana, era frecuente ver a Ernest Hemingway y en el Café Comercial de Madrid se reunían intelectuales y escritores como Antonio Machado o Gloria Fuertes.
Las cafeterías son testigos de grandes anécdotas, de historias que pueden llegar a marcar una vida. Y las de la capital española son unas de las que más historias recogen del mundo.
Pregunte a quien pregunte, le responderán que a Madrid la gente llega para trabajar o turistear, pero que muchos se quedan a vivir, porque la vida allí se desarrolla en las cafeterías y los bares. Es sabido que en ocio y en buen comer la ciudad es experta. Por eso lleva años adelantándose a las tendencias, abriendo las puertas de cafeterías de especialidad que envuelven a todo visitante y lugareño en sabores únicos y responsables, pero también en atmósferas inigualables, con una arquitectura e interiorismo que completan en sintonía sus menús.
Aquí, un recorrido por siete cafeterías madrileñas que enamoran por su buen café y por su cuidado interiorismo. Para tomar nota para el próximo viaje.
Faraday (@faradaymadrid)
No hay amante del café que no conozca Faraday (Calle de San Lucas 9), porque es uno de los establecimientos más famosos de la ciudad. Nada más entrar en él se entienden los motivos que le llevan a estar en la meca de las cafeterías de especialidad de mayor prestigio de esta capital.
Varios vinilos dispuestos en estantes luminosos de la pared dan la bienvenida. “Del interiorismo nos encargamos nosotros. Nuestro background nos ha ayudado a tener un criterio estético muy definido, y nuestra afinidad se plasma en todo; desde en la elección del mobiliario mid century o el diseño flotante de la barra de forja, pasando por la iluminación puntual e indirecta con lámparas vintage, hasta llegar al color amarillo en combinación con el microcemento. Creamos una atmósfera que da la sensación de estar en un living room de los años 60 escuchando buena música en Hi-Fi”, cuentan desde este cautivador espacio.
No les falta razón cuando hablan. Cada uno de sus clientes puede trasladarse a aquella época nada más pisarlo. El universo Faraday gira en torno a la música, y resulta obvio: “Rodrigo es músico y DJ, y ya había trabajado en una tienda de discos en Buenos Aires. Michelle es fotógrafa de cine, y naturalmente posee esa visión estética fresca y orgánica. Al pensar en el concepto mixto de Faraday, nos inspiramos en la historia del físico inglés Michael Faraday, autodidacta estudioso de un campo científico muy relacionado con la música, particularmente con el funcionamiento de un tocadiscos, como es el electromagnetismo”, comentan.
Es de esas cafeterías acogedoras en las que cualquiera puede sentirse en casa. Mobiliario antiguo, referencias industriales y brutalistas, ventanales y plantas forman el espacio. “Para la reforma estructural acudimos al arquitecto madrileño Miguel Botella. Nos ayudó mucho en el aprovechamiento de las condiciones naturales del local, sobre todo en su doble altura, grandes ventanales, y la entreplanta para generar un espacio de trabajo funcional a la vez que amplio, atractivo y dinámico para el público”.
Bucólico (@bucolicocafe)
Calidez, calma y serenidad son los atributos que transmite el color beige, por lo que no es casualidad que nada más entrar en Bucólico este sea el ambiente que se respira. El número 4 de la calle Barbieri es el afortunado de acoger esta cafetería, nacida del amor por el café y la gastronomía que unía a Wagner y a Alex, sus fundadores.
Siguiendo de la idea de los socios, y trasladada a la vida real gracias a las interioristas y arquitectas del Estudio Querencia, Bucólico es fiel al significado de la palabra que le da nombre, ya que transporta un poco a las casas rústicas de los pueblos españoles, donde por la mañana huele a café y a bizcocho recién horneado.
Su carta coordina con la filosofía de la empresa ofreciendo una propuesta culinaria casera elaborada con productos locales y del campo. “Todo lo que se prepara en Bucólico es casero, como si 15 abuelas estuvieran cada día en la cocina charlando y cocinando pasteles de todos los sabores”, cuenta el experto.
Los tonos cálidos abrazan a obras de arte con motivos naturales, candelabros dorados sujetan velas, las vajillas recuerdan a las casas de nuestros antepasados, y la madera protagoniza el ambiente, combinada con otros materiales como barro cocido. Todo ello, acompañado de mobiliario rescatado de anticuarios y piezas de carácter vintage que completan la sensación de retirarse a descansar a una casa de campo, aunque tan solo sea para la pausa del café durante la jornada de trabajo.
Friends In Common (@friendsincommon.es)
Comenzaron con un espacio de 20 m2 en la ciudad de Torreón de México, un año después se mudaron a otra sucursal más grande en la misma urbe, y a los tres años dieron el salto a Madrid. Ha pasado poco tiempo desde que abrió sus puertas, pero Friends in Common (Calle de Fernando el Santo, 24) ya se ha convertido en otra de las cafeterías de referencia en la ciudad.
Concebido desde un principio para abrazar con calidez a todo el que entre en su cafetería (confirmamos: objetivo conseguido), sus propietarios se pusieron en manos del estudio de arquitectura e interiorismo que lleva Juan Bengoa y LM design para hacer realidad su idea. Y así sucedió.
Los profesionales se encargaron de darle vida mediante materiales naturales, líneas curvas y técnicas artesanales. Referencias que se divisan de manera clara en uno de los puntos más fotografiados de su espacio: sus estanterías, un icono de la cafetería que parecen antiguas, pero fueron diseñadas en el momento de construcción de forma manual e integradas en la obra.
El resto de mobiliario y de la sala ha sido ideado con materiales nobles, colores tierra, madera, y una iluminación natural que entra por su ventanal y crea un contraste entre claros y oscuros. Un plus es su buena relación con BAM Labs, un espacio de fitness boutique al que muchos clientes van antes o después de tomar café en Friends In Common, y al que se puede subir por unas escaleras que se encuentran al final de la cafetería.
God Café (@god__cafe)
La inspiración detrás del diseño de God Café (Calle de Galileo, 27) es tan ecléctica como los lugares que sus fundadoras, Celia y Mireia, han recorrido para dar vida a este proyecto.
Celia, nativa de Madrid, y Mireia, de Barcelona, cuentan: “Nos conocimos en nuestro primer trabajo después de la carrera, que poco tenía que ver con el mundo del diseño y de la hostelería». Fue su pasión por crear algo propio y su amor por los viajes lo que las llevó a Australia, donde la cultura del café y el diseño están en su máximo esplendor. “También de un viaje que hicimos a Japón donde cada lugar tiene un encanto especial. Pero realmente buscábamos referencias en cualquier lugar; tiendas de ropa, restoranes, hoteles, casas de amigos, cualquier cosa nos ayudaba a imaginar cómo podía ser God.” Así empezó a tomar forma.
El local en Galileo 27, antes una tienda de casas de muñecas antiguas, resultó ser el espacio ideal para el concepto que tenían en mente. “Queríamos darle mucha importancia al diseño, los detalles y la mezcla de materiales”, cuentan. Y así, el enorme ventanal, los techos altos y la amplitud del espacio ofrecieron la oportunidad de crear un lugar con un diseño impactante, pero acogedor. «El enorme ventanal y los techos altos eran una oportunidad para impactar con el enorme cuadro del boxeador», comentan.
Pero el impacto visual no termina ahí. La barra, más baja de lo normal y de color negro, parece un monolito de piedra, contrastando con la calidez de la madera y el tono oscuro de las mesas.
En la entreplanta, God busca ofrecer un ambiente más íntimo, con una colección de libros de arte, fotografía y diseño. «Lo conseguimos con la madera en tonos más oscuros combinado con el negro de las mesas, techos y barra», agregan. La iluminación es otro aspecto fundamental, con diferentes puntos de luz cálida concentrada que resaltan los rincones más importantes del local.
El diseño de God es producto de la colaboración entre sus fundadoras y el estudio de arquitectura HZSV Arquitectos, encargado de llevar a cabo la remodelación según el proyecto realizado íntegramente por God. Sin embargo, el diseño de interiores fue totalmente gestionado por ellas mismas, quienes querían que el espacio reflejara su esencia.
Mama Pottery Café (@mamapotterycafe)
En los últimos tiempos hemos visto cómo han vuelto oficios y tradiciones pasadas. En el mundo hay bares que invitan a pulsar el off y disfrutar del tiempo de manera analógica: pintando, compitiendo en un juego de mesa, escribiendo o leyendo un libro. En Madrid se encuentra Mama Pottery (Calle de Concepción Jerónima, 11), una de las cafeterías más instagrameables de la ciudad.
Tras pasar por el periodismo de moda y trabajar en algunas de las cabeceras más populares, Marina García probó también su faceta más comercial en una multinacional, pero se quedó embarazada y su principal interés recayó en la conciliación familiar.
Aprovechó entonces su pasión por las Bellas Artes para convertir lo que hasta entonces era un hobby en un negocio. Para poder cuidar a su hijo mientras trabajaba, abrió en 2018 Mama Pottery, su primer estudio especializado en arte. Así nació Mama Pottery Café, su último lanzamiento, y el último place to be de la ciudad desde que abriera sus puertas en 2023. Mama Pottery es un espacio en el que pintar piezas como tazas o jarras acompañando a la actividad con un café o té y una porción de torta.
“Cuando pensaba en el estudio, quería transmitir la calma que me trae siempre Menorca. Sus colores, sus líneas orgánicas y relajadas, y sus materiales naturales”, comenta la propietaria, que también habla sobre uno de los rincones más fotografiados de este taller-cafetería. “La estantería de nichos encalados y barras alicatadas con azulejos hechos a mano en la pared es uno de los elementos distintivos de nuestra cafetería. Ha sido elaborada por un artesano, pero está diseñada totalmente por nuestra interiorista Pilar de Top Design, una interiorista que hace magia con los espacios. Las dos nos divertimos mucho pensando en qué poner en cada lugar”.
Esta interiorista también es la responsable de las mesas de microcemento sobre las que se realizan las actividades. “Están hechas por un artesano gallego que trabaja mucho con la firma Inditex”, concluye Marina.
Golda (@goldamadrid)
La Dama de Hierro de Oriente Medio, la que fuera primera ministra de Israel, Golda Meyer, es la figura que inspiró en su día a Alejandro Pitashny y Martin Loeb para abrir Golda (Calle de Orellana, 19, local 1). Ella era Golda Meyer, una mujer con carácter, característica que define también a este establecimiento.
Los propietarios, que son fundadores del Grupo Fayer, tenían claro que el arte jugaría un papel primordial en la decoración del espacio. Por eso en su interior hay referencias que rinden honor a disciplinas como el cine, la literatura, la escritura o la pintura.
En sus paredes cuelgan fotografías de Pedro Almodóvar, y pósters de Juan Gatti, que se emplazan allí por una colaboración que la marca hizo con la editorial Paripe Laminarium. Sobre una paleta cromática protagonizada por el negro, el gris y el amarillo, también decoran el espacio cerámicas artesanales como los Tajines, una especie de plato con tapa de arcilla hechos a mano que pertenecían a Elena Benarroch.
En el interior destacan las sillas negras Result Chair de la firma danesa Hay, junto a bancos de obra, alicatados de mini baldosas amarillas y lámparas de pared hechas ad hoc.
Golda tiene tres pequeños salones a la entrada y una sala más íntima –que puede servir de reservado– al final de un gran pasillo. Es un lugar perfecto para trabajar y crear, dónde la comida sencilla y de calidad es la protagonista. Porque si algo caracteriza a este espacio es su faceta multidisciplinar. “En sus horas de apertura, es un café de especialidad, con una clara apuesta por la cocina saludable y sabrosa. Zumos, smoothies, café del bueno, bollería artesana israelil, pero también dispone de una carta de comida rápida de la mayor calidad”.
Casa Neutrale Coffee Shop (@casaneutrale)
En 2021, el trío de amigos formado por Jaime Gil, Rodrigo Fernández y Nacho Aragón, decidió fundar una firma de moda sostenible denominada Neutrale. En ese mismo momento comenzaron a hacer rodar una compañía cuyo storytelling abarca ya tres espacios físicos de carácter gastronómico bajo el sello Casa Neutrale. Esta etiqueta define a tres establecimientos diferentes: la cafetería Casa Coffee, el restaurante Casa Day & Night, y su apertura más reciente, el bar Casa Wine Bar.
La cafetería de Casa Neutrale (Calle de Regueros, 13) fue una de las primeras en presentar una estética limpia, de colores neutros y acogedora en el centro de la ciudad.
Al igual que Mama Pottery Café, nació inspirada y movida por la estética balear, como fruto de una rigurosa investigación acerca de los ideales mediterráneos. “Este punto de partida, unido a los principios que estudiamos en colaboraciones anteriores y que mantiene el lema Less but better como su gran valedor, constituyen la piedra angular sobre la que se construye la propuesta. Con el fin de trasladar estas premisas al ambiente del local, el resultado no es más que un espacio vernáculo y acogedor”, señalan los responsables de la cafetería.
“El mortero sostenible y la cerámica se convierten en el hilo conductor del proyecto, y aportan las tonalidades más representativas del Mediterráneo. Estos materiales contrastan con la contundencia de la gran barra de granito apomazado”, detallan cuando se les pregunta por el diseño del espacio.
Además, su café se basa en los mismos principios que la marca de ropa y el diseño del espacio. “Un estilo de vida mediterráneo, ofreciendo una carta con productos de calidad y acompañada del café de especialidad. También, buscábamos crear un espacio donde se pudiese vivir este estilo de vida, pero no necesariamente consumiendo el producto de la firma, sino viviendo la experiencia”, concluyen.